Por: Zamara Arias

«Aspectos terapéuticos de nuestro ritmo Madre», fue el conversatorio que dio apertura al 7º Cumbre de Cumbiamberos, organizada por el grupo Tambó y su director Lisandro Polo.

muchos responderían si pensarlo dos veces, que al sonar los tambores, definitivamente se erizan los vellos del cuerpo. Su cadencioso movimiento te atrapa, desde las puntas de los pies hasta el centro de la cabeza, no se trata, de un tema de posesión, es el ADN de los cumbiamberos, un torrente que regado por el globo terraqueo, aquí, allá y más allá… apenas, suena la piel del tambor, es imposible que el cuerpo y las caderas se muevan; no solamente el cuerpo, la mente se remontan y comienza un viaje memorable de la infancia y aquellos que viven más allá de las fronteras se transportan, y si te encuentras en la madre tricolor, igual, es cuestión de ADN.

En la 7º Cumbre Cumbiambera, expertos y dummis tuvieron la oportunidad de intercambiar saberes en el Salón Jorge Artel, donde los maestros hablaron de sus experiencias, como bailadores y conocedores del ritmo, un flujo de transmisión llenó el auditorio en su primer día.

En la clausura en el Centro Cultural la Perla de la Universidad Simón Bolívar, el grupo Tambó ofreció uno de los espectáculos más grandes que se puede vivir en la Cumbre, los mejores exponentes del folclore del Caribe, se dieron cita y los asistentes vivieron un cierre de gala. disfrutaron del ritmo al son del tambor, la gaita, la flauta de millo, la tuba, la guitarra eléctrica, un coctel de la más diversa musicalidad que los expertos en el ritmo brindaron a los presentes. Con este magno evento lo que se abre es la esperanza que el próximo encuentro, será el viernes previo a la Batalla de Flores 2020.