Por: Redacción

Silencio. Porque cuando Jorge Oñate canta, los que saben de vallenato hacen silencio. La noche del sábado, en Medellín, a la edad de 71 años falleció y ahora su canto se une al coro de juglares que desde el Cielo nos recuerdan la grandeza de un folclor que por su fuerza musical e interpretativa ha logrado trascender las fronteras y hoy es universal.

Mi gran amigo. Con su voz creó dentro del vallenato un estilo que se extendió y forjó a partir de los años 70 un nuevo formato del conjunto vallenato, en donde el cantante era diferente al ejecutante del acordeón, como era la costumbre. Con su timbre claro y alto, Jorge Oñate sobresalió y le brindó al folclor una nueva proyección con la garantía de ir ganando más seguidores, por ello en su inicio con el ‘Comandante’ Emilio Oviedo a finales de los 60 abrió la senda de lo que sería el auge del vallenato con el correr de los años. A partir de allí, su unión con los Hermanos López, forjó éxitos musicales que ratificaron no solo la grandeza de un cantante nacido en La Paz, Cesar, sino que entregó el pasaporte al folclor para extender sus cuatro ritmos por todo el país y de hacer surgir desde las entrañas de esa agrupación a Tomás Alfonso ‘Poncho’ Zuleta Díaz, como otro ícono del vallenato.

Una voz para diferentes acordeonistas

Con su voz, Jorge Antonio Oñate González se hizo acompañar de los acordeonistas más representativos del vallenato: Miguel López, Nicolás ‘Colacho’ Mendoza, Emilianito Zuleta Díaz, Juancho Rois, Gonzalo ‘Cocha’ Molina, Álvaro López, entre otros, logrando plasmar en sus trabajos discográficos éxitos que han pasado al álbum histórico del folclor, dejando allí su sello particular, gracias a la claridad y nitidez en su interpretación.

Nido de amor. Sin duda, el ‘Jilguero de América’ o el ‘Ruiseñor del Cesar’, como también era reconocido, fue un hombre de disciplina, organizado y de convicción plena en el vallenato de tradición, respetuoso de los cambios que se han dado por efectos del modernismo y la comercialización que le ha insuflado el mercado de la música a este género. No obstante el surgimiento de las nuevas voces y olas interpretativas que han absorbido el folclor, su peculiar estilo había perdurado más de seis décadas, brindándole a sus seguidores y amantes del vallenato canciones que quedarían grabadas en el corazón con el transcurrir del tiempo. Cómo no preservar en la memoria las notas de Mi muchachita, Bodas de Plata, Mujer conforme, La vieja Sara, Oye tú, Lloraré, Figuras de amor, Nació mi poesía, El más fuerte, Ausencia, Rosa jardinera, Después de viejo, Un llamado… en fin, cientos de canciones que a través de los años nunca se cansarán de escucharse porque allí está impregnado el sentimiento y el fervor de un cantante que supo adentrarse en la inspiración de los autores y en sus melodías.

Como fiel representante del vallenato clásico, Jorge Oñate defendió la tradición y el costumbrismo del folclor y por ello fue un abanderado de su preservación, invitando a las nuevas generaciones a que siguieran ese ejemplo, para mantener su esencia autóctona.

Un vacío que duele

Hoy, el folclor siente su ausencia y al igual que pasó con los juglares que partieron a la eternidad, para el encuentro con el Creador, su vacío duele. Allá, en el paraíso del Cielo estará siendo recibido por quienes iniciaron y forjaron lo que fue el vallenato. Con los maestros Abel Antonio Villa, Alejo Durán, Luis Enrique Martínez, Juancho Polo Valencia, Emiliano Zuleta Vaquero, Lorenzo Morales, Rafael Escalona, Leandro Díaz, Octavio Daza, Armando Moscote, Héctor Zuleta, Adaníes Díaz, Rafael Orozco y Diomedes Díaz, el encuentro será fraternal y de seguro quedará garantizada una parranda celestial.

A su esposa Nancy Zuleta, con quien conformó una pareja estable, amorosa y creyente; a sus hijos y demás familiares, queda su legado de esposo, padre y buen compañero, digno representante de una provincia que con base en el don de la inspiración musical se ha ganado el cariño y el reconocimiento internacional.

Gracias, Maestro Jorge Oñate González, por su vida, por su música y la fuerza interpretativa que le brindó a cada canción. Su voz seguirá firme y se escuchará en todo el firmamento musical. Sí, ayer un Jilguero llegó al Cielo y los que saben de vallenato callan cuando Jorge Oñate canta… Paz en su tumba.

“Lamento profundamente la muerte del Maestro Jorge Oñate. Hombre de la música, del folclor, de la cultura vallenata y encarnación de los juglares clásicos de nuestras letras. Gracias Maestro por darle tanta alegría a Colombia. Solidaridad con sus familiares y amigos”.

Peter Manjarrés

“Que tristeza se nos fue el maestro, el más fuerte, el invencible, el amigo, no es fácil asimilar una pérdida de un colega, de una persona tan especial, siempre con el corazón de amigo. Siempre en mi mente maestro de Corazón. A partir de hoy en mis oraciones diarias a un ángel más en el cielo”.

Iván Villazón

“Nos duele en el alma su partida, gracias por engrandecer nuestro folclor vallenato, su legado vivirá por siempre en todos nuestros corazones”.

Jorge Celedón

“Me embarga una tristeza muy grande, es una pérdida irreparable para nuestro folclor vallenato, maestro #JorgeOñate su canto seguirá siendo inmortal”. 

Poncho Zuleta

“Se fue mi compadre”.