El 7 de agosto, fecha con gran valor histórico para Colombia, se estrena en el país Adiós al amigo, nuevo largometraje del director santandereano Iván David Gaona, producido junto a la boyacense Mónica Juanita Hernández. Rodada en el Cañón del Chicamocha y ambientada en 1902, durante los últimos días de la Guerra de los Mil Días, la cinta es un western rural que explora la amistad, la pérdida y el territorio, apropiándose de los paisajes y acentos de Santander.

La historia sigue a Alfredo Duarte Amado, soldado revolucionario que recibe un telegrama sobre el embarazo de la esposa de su hermano. En busca de él, emprende un viaje junto a un fotógrafo aficionado decidido a encontrar al asesino de su padre. En el camino atraviesan un país marcado por violencia, abandono y memorias abiertas, entre campesinos y fantasmas.

Gaona concibe la película como un experimento para reconectar el cine colombiano con su público, defendiendo el valor del cine como encuentro masivo más allá de las plataformas digitales. El rodaje exigió una investigación minuciosa para lograr verosimilitud en vestuario, escenarios y lenguaje, recurriendo a obras como El año del sol negro de Daniel Ferreira y cartas de soldados de la época. Estos documentos revelaron que las preocupaciones de entonces —familia, subsistencia, vivienda— no distan mucho de las actuales.

El elenco, compuesto mayoritariamente por actores de la región, refuerza la autenticidad en acentos y expresiones. La trama también reflexiona sobre la memoria, a través de la figura del retratista y el deseo de un soldado moribundo de ser pintado, conectando con la inquietud del director por cómo nos representamos y narramos como país.

Gaona subraya la importancia de diversificar los acentos y sonidos en el cine colombiano, alejándose de clichés y capitales, para construir una memoria sonora más fiel a la realidad.

El estreno en la Batalla de Boyacá no fue planificado desde el inicio, pero resultó coherente con el origen boyacense de la productora y el espíritu de la película. Tras su paso por festivales internacionales como Varsovia y Tokio, y su presentación en el Festival Internacional de Cine de Cartagena y el Festival Internacional de Cine en las Montañas —donde ganó el Premio del Público—, Adiós al amigo llega a salas como una invitación a mirar el país desde sus márgenes, donde el cine se reafirma como plaza pública.

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