La mañana de este sábado se confirmó una noticia que conmocionó al mundo del espectáculo y a millones de seguidores de la música latina: Abraham Quintanilla, padre de la icónica cantante Selena Quintanilla, falleció a los 86 años de edad. Su muerte representa el cierre de un capítulo fundamental en la historia del tex-mex y de una de las familias más influyentes de este género musical. Abraham no solo fue el padre de la llamada Reina del Tex-Mex, sino también su principal guía, impulsor y mánager durante los años decisivos en los que Selena se consolidó como un fenómeno musical sin precedentes.
La noticia fue confirmada públicamente por su hijo, el músico A.B. Quintanilla, a través de un emotivo mensaje compartido en su cuenta oficial de Instagram. La publicación, acompañada de una fotografía de Abraham Quintanilla, se viralizó rápidamente y generó una ola de reacciones, mensajes de condolencias y muestras de apoyo por parte de fans, artistas y figuras del entretenimiento de distintas partes del mundo. En su mensaje, A.B. expresó con pocas palabras el profundo dolor por la pérdida de su padre, dejando en evidencia el fuerte vínculo familiar y el respeto que siempre existió entre ellos, tanto en el ámbito personal como profesional.
La confirmación del fallecimiento no solo validó la información que circulaba, sino que también abrió la puerta a múltiples homenajes y recuerdos sobre la vida y el legado de Abraham Quintanilla. Para muchos, su nombre está inevitablemente ligado al de Selena, una de las artistas más queridas y recordadas de la música latina. Desde los primeros pasos de la carrera de su hija, Abraham fue quien confió plenamente en su talento, organizó sus primeras presentaciones, gestionó contratos y tomó decisiones estratégicas que permitieron que Selena pasara de cantar en eventos locales y ferias comunitarias a conquistar escenarios internacionales.
El rol de Abraham como mánager fue, en diversas ocasiones, motivo de debate. Algunos lo consideraban una figura estricta y controladora, mientras que otros lo veían como un padre comprometido, decidido a proteger y orientar la carrera de su hija dentro de una industria musical compleja y exigente. Más allá de las opiniones encontradas, su disciplina, visión y perseverancia fueron factores determinantes para que Selena alcanzara el estatus de ícono cultural y se convirtiera en un símbolo de orgullo para la comunidad latina.
Además de su papel como representante artístico, Abraham Quintanilla también participó activamente en la preservación del legado de Selena. Fue productor ejecutivo de la película biográfica sobre la vida de la cantante, estrenada en 1997 y protagonizada por Jennifer Lopez. La cinta tuvo un impacto significativo a nivel internacional y permitió que nuevas generaciones conocieran la historia, el talento y la influencia de Selena Quintanilla, reafirmando su lugar en la historia de la música.
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