Por: Redacción.
Con gases lacrimógenos y proyectiles de goma, la Guardia Nacional Bolivariana dispersaron a decenas de personas que exigían cruzar hacia Colombia por un puente fronterizo de Ureña (Táchira, oeste), cuyo cierre fue ordenado por el gobierno venezolano para evitar al entrada de ayuda humanitaria.
“La multitud gritaba frente a un piquete de efectivos de la Guardia Nacional con equipos antimotines que bloqueaba el puente Francisco de Paula Santander.
La noche del viernes se ordenó el “cierre total” de los cuatro puentes que comunican al estado Táchira con el departamento de Norte de Santander, centro de acopio de ayuda enviada por Estados Unidos a solicitud del opositor venezolano Juan Guaidó.
Delcy Rodríguez, vicepresidenta venezolana justificó la medida en lo que definió como “amenazas” del gobierno de Colombia, que respalda el paso de ayuda gestionada por Guaidó, jefe del Parlamento y reconocido como presidente interino de Venezuela por una cincuentena de países.
Guaidó fijó para este sábado el día para que la asistencia de alimentos y medicinas cruce “sí o sí” pese a la negativa de Maduro, que la considera una “excusa” para una invasión militar liderada por Estados Unidos.
Vecinos de Ureña pedían a los militares autorización para atravesar el paso peatonal, como hacen cotidianamente. Tras momentos de tensión, el piquete militar avanzó y comenzó a disparar gases lacrimógenos, a lo que algunos respondieron con piedras.
Algunos también quemaron neumáticos, luego de que los efectivos militares desplegaron un vehículo con barricadas para impedir el paso.
Unos 40 mil venezolanos cruzan a diario las fronteras tachirenses, según autoridades migratorias. La mayoría regresa a su país tras trabajar o comprar medicinas o productos escasos en su país.
Venezuela vive una grave crisis económica, con un sueldo mínimo que apenas equivale a unos 6 dólares, que ha forzado la emigración de unos 2,7 millones de personas desde 2015, según la ONU.