Por: Redacción.

Róbinson Castellanos Plata, ingeniero de profesión, fue condenado a 60 años de cárcel, la máxima pena que existe en el país, luego que las pruebas que recolectó la Fiscalía Seccional determinaran que es el autor intelectual y material de las torturas y asesinatos de su esposa Gloria Leal Valeta, de 49 años; su cuñada, Mercedes Leal Valeta, de 48; y su hijastra Andrea Carolina Castellanos Leal, de 20.

El triple feminicidio se dio en la Ciénaga de Chilloa, en área rural de El Banco, Magdalena, el 14 de enero de 2017.

Castellanos Plata compareció en las últimas horas en los despachos del Juzgado Primero Penal del Circuito de El Banco, en la audiencia de sentido de fallo, que se cumplió el martes desde las 2:00 y se extendió hasta casi las 5:00 p.m.

El ingeniero fue señalado por la Fiscalía 39 por el delito de feminicidio agravado, puesto que una de las víctimas era una persona en condición de discapacidad cognitiva.

En la investigación judicial hubo participación de 54 testigos. El principal informante, protegido por la Fiscalía, estuvo el día en el que ocurrieron los macabros crímenes y reveló detalles claves en el proceso a las autoridades.

Adicionalmente se conoció que la lectura de fallo condenatorio se programó para una audiencia que tendrá lugar el próximo 29 de abril a las 2:00 p.m.

Por otra parte, la investigación por el horrendo hecho determinó que todo se habría presentado porque Róbinson Castellanos -quien está actualmente en la cárcel El Pedregal en Medellín- quería apoderarse de los bienes de su esposa.

Indagaciones de las autoridades señalaron que el 12 de enero de 2017, el ingeniero viajó de vacaciones, con su familia, desde Medellín hacia El Banco.

Dos días después pidió a las mujeres que lo acompañaran hasta la ribera de la Ciénaga de Chilloa a cobrar un dinero que le debían.

Al llegar a la zona, con el apoyo de cómplices, asesinó con un machete a su hija adoptiva, Andrea Carolina, y a su cuñada Mercedes Victoria; mientras que sujeto conocido como ‘El Brujo’ hizo lo propio con Gloria Amparo.

Posteriormente, los cuerpos sin vida fueron montados en una canoa y arrojados en mitad de la ciénaga.