Por: Iara Cervantes.
Hablar del Museo Romántico es evocar aquellas historias de la vieja Barranquilla, pues en cada uno de sus rincones hay un pedazo de la historia de nuestra ciudad como la espada del Gobernador, la máquina de García Márquez, disfraces de las reinas del Carnaval, una réplica de la antigua calle denominada Camellón Abello, la máquina de escribir de Alfonso Fuenmayor en la que Gabriel García Márquez escribió su novela “La Hojarasca”, algunas cartas del Libertador Simón Bolívar, fotografías, discos, colecciones de periódicos de antaño, entre otros objetos.
Alfredo De la Espriella es un hombre que desde sus días como historiador hasta la actualidad se ha encargado de velar por la cultura de nuestra ciudad, pero por sus achaques propios de la vejez ya no le permiten entregarse cien por ciento a este lugar, que abrió sus puertas el 7 de Abril de 1983, luego de que las hermanas Carmen y Esther Freund, donaran esta casona.