Por: Redacción.

A la edad de 102 años, falleció el maestro Juan Vicente Torrealba, quien deja tras sí un importante legado musical que dio voz a nuestro Llano, informaron sus familiares.

El maestro Torrealba fue autor de más de 300 composiciones, entre otras “Concierto en la llanura”, “La potra Zaina”, “Sólo con las estrellas”, “Muchacha de ojazos negros”, “Rosario”, “Estero de Camaguán”, “Sabaneando”, “Sol llanero”, registradas en más de 130 discos, que lo convirtieron en una de las voces más genuinas y representativas del llano venezolano.

Esto le valió ser galardonado en 2014 en la entrega de los premios Grammy Latino en el Hollywood Theatre del Metro Goldwing Mayer Grand Hotel and Casino en la Vegas, Estados Unidos. Aunque nació en Caracas, el cantante y compositor de música llanera fue llevado desde muy pequeño por sus padres, Santana Torrealba Silva y María Esperanza Pérez, a Camaguán, estado Guárico, donde recibió la influencia llanera, aprendiendo a tocar guitarra, cuatro y arpa.

Su infancia y adolescencia transcurrieron entre Cazorla, Guayabal, San Fernando, Corozopando y Calabozo, donde asistía a bailes de joropo para admirar a cantadores y bailadores que con arpa, cuatro y maracas estallan en pajarillos, yaguazos, pasajes, seis, quirpas, zumba que zumba, periqueras, gabanes, chipolas, carnavales, guacharacas, entre otros aires.

En 1947 crea la agrupación “Los Torrealberos”, junto a su hermano Arturo Torrealba y su hijo Santana Torrealba León, quienes con su música sorprendieron en ambiente criollo. De ahí surge el gran poema “Concierto en la llanura”, que más tarde se convertiría en requisito en México y Paraguay para obtener una licenciatura en arpa.

En 1949 regresó a Caracas donde alcanzó la reputación de músico folklórico, que lo llevó a emprender una gira de conciertos por diferentes escenarios tanto de América como de Europa durante los años 1960 y 1970.

A principios de 1973 viajó a Alemania y estudió los principios de la música electrónica, los cuales le permiten incorporar mejoras en el sonido de su arpa y añadir la presencia de teclados a su conjunto. Ese mismo año firmó un contrato una disquera reconocida, con la cual grabó varios elepés de música tradicional venezolana y música bailable de Colombia, Cuba y México.

En 1985 inicia su etapa como solista y concertista, durante la cual realiza importantes presentaciones musicales con orquestas sinfónicas y de cámara.