Por: Redacción
El 21 de mayo de 1851, el gobierno de José Hilario López decretó la abolición de la esclavitud en Colombia. Con este importante acto, se propició la construcción de un país multicultural y pluriétnico que ha ido avanzando poco a poco y que hoy aparece reflejado en la Constitución de 1991, a través del reconocimiento que las razas, colores, creencias e ideales diversos hacen parte de la Nación.
Desde el año 2001 se declaró mayo como el mes de la “Herencia afrocolombiana de las comunidades negras, raizales y palenqueras del país”. Y es que no se puede negar la influencia afro en todo lo referente a Colombia. Está en la música, en los deportes, en las artes, y hasta en los orígenes de su historia. Es un motivo de orgullo y una celebración a la vida.
La afrocolombianidad en Colombia es conocido como un proceso de reconocimiento genético, étnico, cultural y espiritual, asumiendo la africanidad como un valor personal y de la sociedad colombiana. Somos un país ambiental y culturalmente diverso, lo cual representa un componente fundamental de la identidad colectiva, como base de la cohesión social y motor, que impulsa la capacidad para interpretar la realidad y desarrollar proyectos de vida que afirmen nuestra valoración como colombianos.
Aunque ha pasado el tiempo, y se entendería una evolución hacia un pensamiento más igualitario, persisten casos de discriminación que nos invitan a reflexionar, en una fecha como estas y más allá del color, en el aporte relevante de los afrocolombianos en la construcción de territorios y su aporte intelectual y social en diferentes ámbitos.