Por: Redacción.

Paz y Bien en el Señor
Una de las características de los seguidores de Jesús, es la hospitalidad, el recibir al que viene de lejos, al familiar que llega a buscar trabajo, al vecino que está en la “mala”, al venezolano que a cada momento nos recuerda su situación, al que clama un techo o un vaso de agua fresca.
Podríamos retomar el espíritu del salmo 14 de hoy: “¿Señor quién puede hospedarse en tu tienda?” y enseguida nos responde:” El que no hace mal a su prójimo ni difama al vecino”. Según la experiencia de este salmo si somos solidarios con las personas ya podemos entrar a compartir con el Dios de la vida y entrar en el monte santo, es condición indispensable ganarse la posibilidad de entrar en comunión con Dios y esto sólo puede ganarse siendo misericordiosos, haciendo el bien a los otros, alguien dirá, esto es muy difícil porque a veces pagan mal a quienes ayudamos, pero te invito a unirte a esta frase de San Agustín: “ Ama y haz lo que quieras” es decir que si perdonas, ayudas, amas y ayudas al otro entrarás a gozar del amor de Dios.
El Evangelio de hoy está tomado de San Lucas 10, 38-42, nos presenta a Jesús en su camino a Jerusalén y llega un momento a descansar donde Marta y María, este hecho de entrar a saludar unas mujeres no era visto en la sociedad judía, pero el Señor rompe con todo tipo de discriminación y entra, saluda y descansa como un signo de ayuda y bendición.
Jesús llega y la actitud de Marta y María es de alegría, acogida y hospitalidad, por eso inicié esta reflexión con el salmo 14 de la liturgia de hoy, el abrir el corazón al que llega, invitarlo a pasar y compartir con él, es signo de acogida cristiana, de apoyo, de cercanía. Estas dos mujeres, cada una con su forma de ser y sentir, María a los pies del Señor atenta a la escucha de sus palabras de vida y Marta está llevando a cabo un servicio, pero tiene que saber elegir.
Son muchas las cosas que a diario debemos hacer, por responsabilidades laborales, familiares, deportivas, económicas, sociales en fin pero se va dilatando y perdiendo lo esencial de la vida Cristiana. Todos nuestros compromisos son validos e importantes, pero que bueno adoptar la actitud de María en cuanto que se dedica a escuchar la palabra de salvación de su vida, lo triste es que nos hemos convertido en activistas y esto es por el afán de una sociedad que ha ido perdiendo el dedicarse a contemplar, a mirar un atardecer, tomar de la mano a las personas que amas, darte tiempo a escuchar al Señor. Yo te invito a tomar las cosas de la vida con más calma, espera, se paciente, respira pídele al Buen Dios que te ilumine, escúchalo desde tu alma y serás feliz. Les recuerdo nuestra Eucaristía de encuentro en septiembre, el Diario de la Libertad generosamente me ha permitido que nos encontremos en sus instalaciones para vivir la alegría de ser amigos del Señor, allí nos conoceremos ¡!

Bendiciones en Jesús y María

Padre Pepe Pimienta B.

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