Por: Zamara Arias
Restauración del bosque húmedo, Recuperar las semillas criollas, Turismo ecológico tres ejes para la restauración de familias, comunidad y sociedad.
Bosques del Yarí es la iniciativa de Raquel Espinoza. Madre de tres hijos y abuela de un niño de 2 años, asegura que el tiempo es el mayor reto al que se enfrentan: “Estamos a contrarreloj para garantizarle a las futuras generaciones la posibilidad de vivir una vida digna y sostenible.
En Montes de María, en el caribe colombiano, Carmen Rodríguez, quien ha vivido en esta región por más de 30 años, se levanta todas las mañanas con el empeño de conservar el bosque seco que les da vida. Hace unos años tuvo que dejar su hogar y sus cultivos por culpa de la violencia y la guerra en Colombia.
Las semillas criollas de su región la acompañaron durante muchos años hasta que pudo volver a los Montes de María, devolviéndole a la tierra sus sabores originales.
Los 17 tipos de frijol, el ñame, el maíz de colores y otros miles de especies se convirtieron en el sustento de las familias en la región.
Paraísos Ocultos, una campaña de corredores ecoturísticos es la iniciativa que Jennifer Martínez lidera junto a excombatientes como Alexander Parra y las comunidades en procesos de reincorporación. Juntos han redescubierto un territorio lleno de riqueza y diversidad biológica.
A través de procesos de reconciliación, las comunidades que habitan este territorio apuestan por un futuro sostenible en donde el turismo y el desarrollo sostenible se unen a la preservación del ecosistema. Esta región, amenazada por la deforestación, encuentra en el ecoturismo comunitario la posibilidad de mejorar la calidad de vida de la comunidad.
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