Por:Redacción
Cuando murió en la guillotina, el 16 de octubre de 1793 (nueve meses después que su marido, Luis XVI, tuviera el mismo fin), había sido denigrada como una mujer frívola, egoísta e inmoral, cuyo fastuoso estilo de vida había agravado la desigualdad económica de Francia.
A escasas horas de ser su cabeza rebanada por la guillotina, en la penumbra de una pequeña celda en la que arden dos velas sobre la mesa, María Antonieta, ya reina sin corona, pide papel y tinta para redactar una carta, que dirige con letra firme y desde la soledad que antecede a la tragedia. «A usted, hermana mía, es a quien escribo por última vez», arranca. Pero con pena de abandonar a sus hijos por la fuerza, pidiendo con sinceridad perdón a sus amigos y enemigos.
Esa misiva redactada nunca llegaría a su destinataria, sino que saldría a la luz veintiún años más tarde de la muerte de la reina, con la restauración de los Borbones en el trono de Francia la carta había sido «salvada» por un diputado llamado Courtois, quien se la regalaría como muestra de buena voluntad a Luis XVIII; presente que, sin embargo, no le salvaría del destierro.
Este miércoles, con motivo del 226º aniversario de la ejecución de María Antonieta, esa última carta elaborada de su puño y letra regresa a la prisión, en pleno corazón de París, a orillas del Sena, donde fue escrita. Se trata de una de las más de 200 obras de arte y objetos personales que se muestran en la exposición María Antonieta: metamorfosis de una imagen, que trata precisamente de explicar cómo esta reina que fue tachada de frívola y despilfarradora por su pueblo ha mutado en una suerte de icono en el siglo XXI.
«Se ha registrado una proliferación de imágenes de María Antonieta, desde su tiempo hasta ahora, como si cada época, cada grupo, quisiera crear su reina: de traidora extranjera a mártir, de heroína adolescente a madre ejemplar, de mujer de la cultura a icono de la moda», se detalla en el programa de la exposición. su imagen ha florecido en estas últimas décadas»
Lo cierto es que en 1793, María Antonieta,nacida en Austria y esposa de Luis XVI, era la mujer más odiada de Francia. Decían que había traicionado y matado de hambre a los franceses mientras ella se regodeaba en sus lujos versallescos. La condenaron precisamente por eso, por alta traición. En la mañana del 16 de octubre, el pueblo salió en masa a las calles de la capital gala para insultarla y lanzarle escupitajos. Se cuenta que antes de que le cortaran la cabeza pisó a su ejecutor, a quien le dijo: «Perdón, señor, no ha sido a propósito».
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