Por: Nury Ruiz Bárcenas
Escritora y poeta colombiana

Cuando como escritores estamos en las andanzas literarias de escribir un libro, creo que todos hacemos igual, en el camino del narrar vamos pensando en quién podrá escribir el pertinente prólogo, y que su conocimiento vaya acorde con la temática tratada. Así me sucedió cuando escribía el libro titulado “Camilo Namén Rapalino, gigante trovador de la canción vallenata”. Y lo encontré.

Debía ser alguien inmerso en la música vallenata, que la conociera, que la amara, que supiera de su historia y de la vida musical de sus compositores. Este prologuista que encontré al investigar se llama Daniel Samper Pizano, cronista, periodista y escritor colombiano, libretista de series de televisión pero, sobre todo, amante acérrimo de la música vallenata y sus intérpretes.

Y al doctor Samper Pizano en Bogotá acudí por teléfono y por correo sin conocerlo y sin referidos. Le conversé sobre mi proyecto y después de escucharme atento, me contestó: “Nury, si leo el libro y me agrada, te escribo el prólogo, de lo contrario, no”. Así, sincero y tajante me lo dijo y acepté su reto. Le envié mi texto del libro en pdf y en una semana recibí su correo de respuesta: “Nury, me gustó tu narrativa, ahí te envío mi prólogo”. Continuamos conversando y cursándonos correos. Y aquí lo presento para compartirlo con los lectores de LA LIBERTAD.

Poliédrico. Prólogo al libro de Nury Ruiz Bárcenas. “Si un comentarista esnob tuviera que escribir este prólogo, seguramente usaría el adjetivo poliédrico para referirse a Camilo Namén Rapalino y también a su música. Es un término prestado de la geometría plana, ciencia en la que refiere a una figura sólida limitada por varias caras o superficies planas. El sentido es parecido en el lenguaje de la crítica. “Que posee o manifiesta varias facetas”, dice el Diccionario”.

“En otras palabras, alguien o algo que ofrece diversos aspectos, condiciones o características. Sí: igual a Camilo, que es al mismo tiempo un gigante (por lo que se ajusta a su anatomía bien lo de sólido), pero un

gigante bonachón, capaz de mover lámparas con sus carcajadas o llorar como un niño. Camilo es sentimental, pero también divertido; es ingenuo, pero al mismo tiempo pícaro (en el mejor sentido de la palabra); es parrandero y simultáneamente familiar; es costumbrista hasta el punto de comparar a un amor con una cometa loca. Y, por si faltaba algo, estamos hablando del mejor bailarín por presas del mundo”.

“Digo que por presas o partes porque solo quien ha visto menearse uno de sus bíceps (solo uno) o mecerse el abdomen al compás de la música (sin que los hombros lo hagan) puede hablar de músculos, articulaciones y tendones que se mueven independientemente del resto del cuerpo. Cuando Camilo emprende la danza por presas ataviado con su guayabera completa de color curuba, los espectadores llegan a rozar el éxtasis”.

“En fin, un tipo de múltiples caras, un poliedro. Lo mismo ocurre con su música. Namén ha compuesto con sentimiento de comparable intensidad merengues y paseos de muy variadas tesituras. Entre aquellas páginas suyas que ya pertenecen a la historia de la música vallenata desfilan un estremecedor duelo filial en “Mi gran amigo”, un canto lleno de nostalgia por los tiempos pasados (“Recordando mi niñez”), una fábula metafísica llena de intención (“El encuentro con el Diablo”), un enamorado canto de despecho (“El pechiche”) y un entretenido merengue sobre la incapacidad para los negocios (“El quebrao”). Una música poliédrica”.

“Chimichagüero, descendiente de inmigrantes árabes (como muchos colombianos de la costa Atlántica), hijo de una familia numerosa y unida, hombre adorado por sus amigos y padre “confiable y querido” –según palabras de su hijo de once años-, Namén es un personaje tan grande como su música. De allí que este trabajo literario de la escritora Nury Ruiz Bárcenas titulado Camilo Namén Rapalino, vida y obra del gigante trovador de la canción vallenata acierta ofrecer al mismo tiempo el retrato humano y el perfil musical del compositor”.

“En páginas siguientes el lector encontrará datos desconocidos, entrevistas, confesiones, fotografías, transcripciones de letras, conceptos de expertos en música vallenata, recuerdos de parrandólogos y anécdotas sobre este al que es imposible no querer y no admirar”.

“Quiero decir que este libro de Nury, que hace parte de la Colección Doctorado en Sociedad y Cultura Caribe de la Universidad Simón Bolívar, también es poliédrico”.

Cuando recibí este prólogo y se lo comenté a Camilo Namén, a quien no quise adelantarle sobre mi gestión, no podía creer que se hubiese escrito todo este repertorio de letras sobre su vida. Entonces pensé que también yo había más que acertado, dándole lujo a mis letras, al escoger mi prologuista para este libro vida y obra de un compositor chimichagüero, el reconocido escritor colombiano, libretista de series de televisión, Daniel Samper Pizano.

#cadenaradiallalibertad