Por: Valeria Tuiran

Este 15 de agosto se celebra el día de la Asunción de la Virgen María, uno de los Dogmas Marianos más conocidos de la Iglesia Católica y una solemnidad que ha estado presente desde el siglo Vl después de Cristo, la cual representa que el cuerpo y alma de la madre de Jesucristo, fueron llevados al Cielo después de terminar sus días en la tierra.

El Día de la Asunción, la Iglesia recuerda una verdad de fe, formulada por el Papa Pío XII, en 1950, que reza así: “Cumplido el curso de su vida mortal, María fue llevada en cuerpo y alma a la gloria del cielo”. Esta celebración representa un mensaje de esperanza; en cuanto que María, indicó el camino para llegar al Cielo. Segundo, que el destino del hombre es un destino de glorificación.

Esta solemnidad se definiría como un día de gracia, de fiesta y sobre todo de fe para el mundo creyente, para avivar el testimonio de fe y de esperanza, y dar razón de la presencia de Cristo en nuestras vidas, de la mano de la Virgen María. Asimismo, es una invitación y un compromiso para trabajar por un mundo mejor.

¿Cómo se puede celebrar este día?

Asistiendo en familia a las eucaristías para celebrar con devoción y esperanza la solemnidad, imitando al testimonio de fe de la Virgen, y aumentando la certeza de que si se persevera en esa fe, el destino final está en Dios.

“Invitamos a toda la feligresía a mantenerse firme en la fe, a pesar de las dificultades diarias, dando testimonio de vida, cumpliendo honrada y coherentemente con actividades diarias; manteniendo firme la esperanza para trabajar por un mundo mejor. Porque creemos en el cielo nos sentimos obligados a ser fieles a las realidades y compromisos humanos. Predicamos y vivimos un humanismo integral, el humanismo del Evangelio, donde el hombre es el principal valor. No se puede promocionar al hombre en todas sus dimensiones ni servirle plenamente si no se le proyecta hacia su destino: la glorificación. María, glorificada en cuerpo y alma, nos llama y hace señas a nosotros, seres de alma y cuerpo”, fue el mensaje por parte de la Iglesia Católica para todos los lectores del Diario LA LIBERTAD.

Por su parte, el Padre Lizandro Escalante Araque, párroco de la Parroquia Cristo Redentor en Sabanalarga, expresó al medio que “esta es una oportunidad para invitar a todas las personas a que no sólo vivan los eventos de la Iglesia Católica, sino a que también los profundicen; además de recordarles que honrar a la Virgen María a través de nuestros actos es invocarla y que con esta celebración lo que se busca es que seamos capaces de agradar a Dios y aspirar a la finalidad que tenemos todos los creyentes, que es la salvación eterna”.