A partir de ella, que anexionó la península al territorio ruso, comienza la verdadera historia de Crimea.
Sophia Federica Augusta, princesa de Anhalt-Zerbst. que era el nombre de la zarina rusa Catalina La Grande, nació el 2 de mayo de 1729 y se casó por decisión de la reina Isabel I con el sobrino de ésta, el Duque Pedro, quien después se convertiría en zar.
Eso fue en 1742, cuando la futura zarina tenía 14 años.
Hacer una biografía de Catalina -según los historiadores- resulta bastante difícil pues sobre ella se tejió toda suerte de mitos y leyendas, lo que hace un tanto inextricable el camino hacia su verdadera realidad.
–Sobre Catalina La Grande, de Rusia, son muchas las historias que se han contado y muchas de ellas son ciertas. Sus desvíos sexuales excesivos, que rayan en la ninfomanía; la labor asignada a las damas de la corte de probar previamente a los numerosos aspirantes a amantes; los excesos de Potemkin, su protegido y primer amante, que creaba aldeas enteras de cartón para que Catalina creyera en el progreso de su pueblo todo eso es cierto– señala el investigador y periodista colombiano Manuel Drezner en el segundo tomo de su libro Preguntas y Respuestas
–Además, ser mujer en el siglo XVIII y tener todo el control de Rusia trajo consigo la creación de muchos mitos y leyendas que rodearon a Catalina durante su vida y después de su muerte. Recopilamos algunos de ellos con motivo del estreno de la miniserie Catalina la Grande, que COSMO emite los martes a las 22.00 horas y que, a medida que se estrenan sus cuatro capítulos, está disponible bajo demanda en los principales operadores de pago-.indica el portal https://fueradeseries.com/catalina-la-grande-verdades-y-mitos-sobre-la-emperatriz-rusa-y-su-serie-en-cosmo/
Lo que sí es cierto es que su matrimonio con Pedro fue un verdadero y real fracaso. Indagar las causas de estas desavenencias resulta una tarea ímproba,
Algunos sostienen que todo se debía a la impotencia del Duque, quien durante ocho años no pudo consumar el matrimonio; no obstante, se sabe que el Duque tenía una amante . Yelizaveta Vorontsov. a quien prefería por encima de Catalina.
Pero ella para suplir la necesidad de compañía, tuvo una legión de amantes. De tal lista los historiadores mencionan con mayor frecuencia a Serguéi Saltykov, quese cree sería el verdadero padre del hijo de la zarina, Pablo I, el diplomático Charles Hanbury Williams, Estanislao Poniatowski, que luego se convertiría en rey de Polonia, y un antiguo cosaco, Gregorio Orlov, quien ayudó a Catalina en la rebelión en que ella derrocó a su esposo y asumió el poder.
Pero quien más trascendencia tuvo entre todos ellos fue Gregorio Potemkin, cuya relación se extendió más allá de la alcoba real e influyó en el ámbito político, militar y social. y una de esas decisiones tomadas en conjunto por los amantes, tiene notable incidencia en los sucesos de hoy: la adhesión de Crimea:
La verdadera historia de Crimea bien podría decirse que comienza en 1783, cuando fue anexada a Rusia por Catalina La Grande, porque antes, estuvo de manera sucesiva en poder de griegos, romanos, del Imperio Bizantino y de los otomanos.
El control del mar Negro es fundamental para tener grandes ventajas estratégicas en el Cácucaso y Asia Menor o Anatolia.
Desde 1441, Crimea era un estado libre, un kanato independiente -nombre derivado del conquistador mongol Genghis Kan- pero como consecuencia de su inestabilidad política y de la lucha interna entre los grupos étnicos que lo conformaban, el Imperio Otomano intervino y nombró un gobernante que se encargaría de imponer el orden.
Los conflictos siguieron presentándose de manera continua durante tres siglos hasta cuando en 1782, asediado por tropas de grupos rebeldes, el Kan Sahin huyó del país y buscó asilo en territorio ruso.
Fue entonces cuando Catalina La Grande, impulsada por su mariscal Grigori Potemkin, publicó el 19 de abril de 1783 un edicto mediante proclamaba de manera oficial que Crimea pasaba a ser parte del territorio ruso.
Esta decisión de Catalina originaría siete décadas después -en 1853- la famosa Guerra de Crimea, tras la que Rusia a pesar de ser derrotada mantendría la hegemonía sobre la península hasta 1954 y luego se presentarán los sucesos de 2014 y 2018, ya de la historia actual.
Catalina falleció el 17 de noviembre de 1795, dejando a Rusia convertida en una superpotencia en Europa,, al mismo nivel que Inglaterra y Francia, pero jamás aceptó los elogios que le hacía la sociedad de su tiempo.
En 1764, cuando los miembros de la Asamblea Legislativa le ofrecieron el título de La Grande, rechazó indignada la proposición, molesta por lo que llamó una pérdida de tiempo por parte de ese organismo que debía «dedicarse a otros asuntos», lo que tampoco le aceptó a su consejero, Friedrich von Grimm, quien en una carta la denominó así.
De la misma manera, desechó los halagos del filósofo, escritor e historiador francés, Voltaire, quien la llamaba «Santa Catalina».
De cualquier manera, apenas su cuerpo descendió, los rusos decidieron llamarla así. Y con razón, porque los logros durante su mandato, nada más pueden ser comparados con lo que hizo su antepasado por afinidad, Pedro El Grande, abuelo del Duque Pedro, su esposo
Tomado de: pepecomenta.com
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