Por: Pepe Sánchez
La novela Lolita -después llevada al cine- fue un éxito a pesar de la pedofilia que entraña. Y en Cien Años de Soledad, aparece el caso de Aureliano Buendía con Remedios Moscote, su esposa de sólo nueve años de edad.
A raíz de la película Sound Of Freedom -Sueños de Libertad- que describe unas operaciones contra redes de pedofilia en América Latina por parte del goberno estadounidense, se ha despertado un interés de nuevo por el tema.
El filme, como se sabe, ya sobrepasó los 125 millones en entradas y se asefura que cuando sea exhibida en América Latina, tendrá un éxito más o menos igual.
Pero al margen de su éxito taquillero y del tema político que en ella se toca -aunque de manera muy sutil- lo cierto es que por lo menos en Colombia, se ha vuelto a poner de moda hablar del asunto.
Pero nadie ha señalado que hace 60 años nadie o por lo menos, muy pocos, mostraban repugnancia porque un hombr de edad madura, cortejara o tuviera rlaciones amorosas con una menor. muchas veces impúber.
La novela Lolita del escritor ruso Vladimir Nabokov -después llevada al cine por Stanley Kubrick- fue casi un best seller y se convirtió en la favorita de los estudientes de bachillerato de la época.
La película recibó alguna prohibición y reparos partes de la censura pero al final fue un verdadero éxito taquilero
Esta novela trata de la historia de un profesor cuarentón, Humbert Humbert, enamorado de una niña de 12 años –una nínfula, señala el escritor– con quien vive una intensa aventura sexual
-Lolita es también un retrato ácido y visionario de los Estados Unidos, de los horrores suburbanos y de la cultura del plástico y del motel- apuntaaba la crítica norteamericana, luego de que la novela fuera llevada al cine por el director Stanley Kubrick.
Dijo el crítico español Winston Enrique Sabogal en El País el 11 de septiembre de 2005, que la cinta que «Perseguida, prohibida, indecente, decadente; inmoral, desdeñada y señalada, pero siempre mirada de reojo, son palabras oscuras añadiendo una opinión de Mario Vargas Llosa quien la cataloga como «entre las más sutiles y complejas creaciones literarias de nuestro tiempo».
Tanto fueron los éxitos logados por ambas producciones, novela y película, que el vocablo «ninfulomanía» –pasión desbordante de un hombre maduro por una joven menor- se convirtió en una moda en la mayoría de los continentes.
Este fenómeno no era extraño en Colombia donde en muchas regiones, era una costumbre.
Muchos padres, cedían a sus hijas menores a hombres maduros, pero muy ricos, con el fin de asegurarles a ellas el futuro, y ellos mismos salir de la pobreza. Pero la radio y la prensa no tocaban esos temas. Eso era potestativo de la familia y nadie tenía derecho a inmiscuirse.
La Literatura, en cambio sí lo hacía, pero solo de manera descriptiva.
El Nobel Gabriel García Márquez por ejemplo, alude al asunto en Cien Años de Soledad.
Cuenta Gabo como el coronel, Aureliano Buendía, se enamora de la hija de Apolinar Moscote, de apenas nueve años de edad.
–Tenemos seis hijas más, todas solteras y en edad de merecer, que estarían encantadas de ser esposas dignísimas de caballeros serios y trabajadores como su hijo, y Aurelito pone sus ojos precisamente en la única que todavía se orina en la cama– dice Apolinar Moscote, padre de la niña.
Aureliano se valió de todos los medios para conseguir su objetivo.Incluso, Pilar Ternera, su amante, le prometió que ella conseguiría que la menor dijera que sí.
El noviazgo y posterior matrimonio fue acordado pero la madre de Remedios, pidió hablar a solas con Úrsula Iguarán, madre de Aureliano. ¿Y por qué?. García Márquez lo describe así:
–La señora de Moscote suplicaba el favor de hablar a solas con Úrsula. Intrigada, protestando de que la enredaran en asuntos de hombres, pero en realidad intimidada por la emoción, Úrsula fue a visitarla al día siguiente. Media hora después regresó con la noticia de que Remedios era impúber. Aureliano no lo consideró como un tropiezo grave. Había esperado tanto, que podía esperar cuanto fuera necesario, hasta que la novia fuera capaz de conecbir– señala el Nobel en su relato
¿Podríamos acusar a Nabukov y a García Márquez de haber inducido a la pedofilia con este par de novelas? La Lolita del escritor ruso tenía 12 años y la del colombiano, apenas 9.
¡Ah! Algunos consideran que la pedofilia se aplica solo a los adultos que sienten atracción hacia niños de su mismo sexo y no es así. También se extiende a quienes buscan con características sexuales a infantes de género contrario.
Tomado de : pepecomenta.com
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