Por Lino Villanueva

La profesora Casta Utria escribió: “Es un viejo pueblo de la costa, Dios te salve, querido Piojó. Tu aprisionas en lajas compactas, las pisadas de tu fundador. De colinas, un cerro te guarda, la neblina se ve aparecer. Mar azul se divisa y no alcanza a arrullarte en su loco vaivén. Los palmares de intensa esmeralda, con orgullo abanican tu faz. Y en tus senos, turquesas y gualdas, repartidos contrastan igual. Viejo pueblo que un indio fundara y que el Cerro parece guardar. Es la patria del noble cacique, descendiente de los Mokaná. Signo de la cruz, tan generoso, fue implantado por San Luis Beltrán. Es tu gente tan noble y sencilla, quien te vio, no te olvida jamás”. Estos versos hacen parte del himno oficial del municipio de Piojó. Su autora, es una afamada docente, amante de la literatura, que trabajó durante 42 años en el Magisterio del Atlántico, en varios municipios. La música fue encomendada a Isaac Villanueva, otro hijo ilustre de Piojó, célebre compositor y productor, con más de 600 obras grabadas por artistas como Joe Arroyo, Fruko, Juancho Polo Valencia, Latin Brothers, Sonora Dinamita, Juan Piña y muchos más.

Si observamos bien, en el himno se destacan tres elementos fundamentales: La riqueza natural del territorio, la presencia indígena y el aporte español. Como se sabe, en este territorio se dio una mezcla entre indígenas, afrodescendientes y europeos. Este mestizaje, en Piojó, se desarrolla como una realidad pluriétnica y multicultural, pero además, es una realidad de genealogías familiares y de historias personales. Hay que empezar mencionando aquí la llegada de don Juan de Torregrosa, procedente de España, que ejerció la labor de encomendero y quien vendría a ser el primer representante de la que es hoy la familia Torregrosa. Posteriormente, en el año 1.878, llegan de Cataluña (España) Antonio Ripoll Ramos y su esposa Mercedes Carrasquilla, quienes se dedicaron, con sus descendientes, a la agricultura extensiva. Es preciso indicar que Piojó para esas épocas fue tierra de grandes cosechas de yuca, maíz, millo, arroz, auyama, ñame, ajonjolí, soya y frutas como el melón, la patilla, el mango, la ciruela y el caimito.También hubo cultivos de caña de azúcar con trapiches y toros adiestrados para la molienda y producción de panelas.

Seguimos mencionando la llegada de inmigrantes atraídos por la belleza natural de estas tierras, su posición geográfica y su agradable clima. Por el año 1.800, procedentes de España, llegaron varias familias de apellido Villanueva. Del Líbano llegaron Elías Coussa y familia. De Florencia, Italia, llegaron Generoso Rosanía y familia. De Santo Domingo, República Dominicana, llegó el médico Néstor Boom. En 1.930, arribaron desde La India, Razman Juatt Sheth y familia. También de España llegaron los Utria, los Imitola y los Goenaga. Los González son de Norte de Santander. Los Ortega y los Gallardo son de origen Mokaná. Los Moreno son de Sabanalarga y Los Tejera son de Juan de Acosta (Moreno Ortega, 2019). Con el correr de los años estas familias se fueron emparentando entre sí, surgiendo diversas combinaciones Torregrosa /Ripoll/Villanueva/Utria/Imitola/González/Goenaga/Moreno/Ortega/Gallardo/Tejera, dando como resultado una hermandad multiétnica, prolífica y única que se manifiesta en su don de gente, su hospitalidad, su alegría por la vida, su riqueza intelectual con sus historias, su música, su gastronomía, sus artesanías y sus fiestas tradicionales. A propósito, se celebra en el municipio de Piojó anualmente el Festival Cultural Intermunicipal de la Palma Amarga (planta que se da silvestre y espontánea en este territorio y con la cual se hacen las artesanías). Este evento surge como una idea original de Andrés Villanueva y fue instituido desde 1.995 por el alcalde de la época, Jaime Imitola, con el objetivo de preservar y enaltecer los cultivos de la palma amarga, con muestras y comercialización de artesanías. Otro de los propósitos del festival es la defensa y difusión de los ritmos de música de viento como el porro y el fandango, con la participación de bandas de música locales y nacionales, conmemorando siempre el legado de la banda 13 de junio de Piojó que era conformada por los legendarios Minche Charris, José Arturo Imitola, José Vargas, Enrique Utria, Beato Ortega y Manuel Ferrer. En el festival también se resalta la gastronomía del pueblo.

A este gran tesoro cultural se le ha sumado, en tiempos recientes el ecoturismo: La práctica del turismo de naturaleza, turismo rural y sus subtipos como el senderismo, el avistamiento de aves y el turismo de aventura. Por el privilegio de estar ubicado sobre la montaña más alta del departamento del Atlántico, Piojó cuenta con un agradable clima y la fortuna de poseer extensas zonas de bosque seco tropical, que se caracteriza por purificar el aire que se respira. Muestra una biodiversidad significativa de fauna silvestre y ofrece valores agregados para el desarrollo de la actividad ecoturística, tales como, tranquilidad, poca presencia de vehículos, por consiguiente, menos contaminación sonora y atmosférica, más seguridad y cero homicidios o delitos comunes.

Por todo lo anterior, y por mucho más, canto en coro con Casta Utria e Isaac Villanueva: “Piojó, Piojó, Piojó, muy honrado me siento, de veras, al saber que en tu lecho nací, y quizá de verdad nunca muera, si en tu suelo me toca vivir”.

Referencias bibliográficas:

Moreno Ortega, Blas Antonio. (2019). Piojó, epicentro de un proceso inmigratorio con incidencia en sus ámbitos demográfico, genético, socioeconómico y cultural.

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