El 26 de enero de 2025, investigadores de la ONG Condrik Tenerife realizaron un avistamiento sin precedentes cerca de la costa de Playa San Juan, en Tenerife, España. A tan solo dos kilómetros de la costa y a plena luz del día, observaron un ejemplar adulto de «diablo negro» o «rape abisal» (Melanocetus johnsonii) cerca de la superficie del océano. Este hallazgo es notable, ya que estos peces suelen habitar profundidades entre 500 y 4,000 metros, y rara vez se les ve en aguas superficiales.
La bióloga marina Laia Valor, miembro del equipo, describió el encuentro: «Pasamos a su lado y vi algo negro que no parecía plástico ni nada, me pareció extraño. Tras verlo, pasamos un par de horas con él. Estaba en mal estado y solo duró vivo unas horas». Las causas de su ascenso a la superficie podrían incluir enfermedad o huida de un depredador. Una vez fallecido, el espécimen fue trasladado al Museo de la Naturaleza y Arqueología de Santa Cruz de Tenerife para su estudio.
Este evento es significativo, ya que podría representar el primer registro de un «diablo negro» adulto y vivo observado en la superficie durante el día. Anteriormente, en noviembre de 2014, científicos del Instituto de Investigación del Acuario de la Bahía de Monterrey (MBARI) grabaron una hembra de esta especie a unos 600 metros de profundidad en la costa de California, pero no tan cerca de la superficie.
El «diablo negro» es conocido por su apariencia distintiva: posee una antena en su cabeza que emite luz gracias a bacterias bioluminiscentes, utilizada para atraer a sus presas hacia su boca llena de dientes afilados. Este pez ganó notoriedad al aparecer en la película de Disney «Buscando a Nemo».
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