Ashley Arenas Flores, una talentosa niña de 10 años originaria de Malambo, Atlántico, ha cautivado a Colombia con su participación en la primera edición de Yo me llamo mini, el programa de Caracol Televisión. En la final, interpretó con pasión y autenticidad a la legendaria Celia Cruz, logrando el segundo lugar y dejando una huella imborrable en el público.
En un visita a Diario LA LIBERTAD, la pequeña habló sobre su experiencia en la primera edición de ‘Yo me llamo mini’, el programa de Caracol Televisión, donde imitó con gran pasión y sabor a Celia Cruz, la legendaria ‘Guarachera de Cuba’, ocupando el segundo lugar en la final.
Un sueño desde los 4 años
Desde los cuatro años, Ashley mostró su inclinación por la música al jugar con un micrófono en casa. Su familia pronto reconoció su talento y la apoyó en su desarrollo artístico. Participó en La Voz Kids, donde el cantante Alex Syntek la apodó «una mini Celia Cruz», un elogio que la inspiró a representar a la «Guarachera de Cuba» en Yo me llamo mini. Para su interpretación, estudió a fondo la vida y el estilo de Celia Cruz, viendo su novela y observando sus gestos, postura y forma de cantar para ofrecer una imitación fiel y respetuosa.
Más allá del escenario
Aunque no ganó el primer lugar, Ashley considera su participación como una experiencia invaluable. Destaca la alegría del proceso y el mensaje de que los sueños deben ser disfrutados sin importar el resultado. Actualmente, forma parte del Coro Voces de Malambo, donde comparte su pasión por la música con otros niños. Además, utiliza su visibilidad para mostrar el talento de su municipio y alentar a otros niños a soñar en grande.
Un sueño personal
Más allá de su carrera artística, Ashley sueña con tener un hogar propio para su familia, dejando atrás las constantes mudanzas. Su madurez y determinación reflejan una niña consciente de los esfuerzos necesarios para alcanzar sus metas.
Mirando al futuro
Ashley está decidida a seguir creciendo en la música. Su meta es regresar a Yo me llamo en el futuro con una voz más madura y una preparación más sólida, siempre con el mismo amor por la música que la ha guiado desde pequeña.
Su historia es un testimonio de talento, dedicación y la importancia de soñar sin límites. Ashley Arenas Flores demuestra que la música es un lenguaje universal que puede conectar corazones y transformar realidades.
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