El Teatro Cajamag se llenó de fantasía, música y alegría infantil durante la quinta edición del concierto didáctico “Con Bombos y Platillos”, una iniciativa de la Caja de Compensación Familiar del Magdalena, Cajamag, que busca acercar la música sinfónica a los niños mediante una experiencia lúdica, pedagógica y profundamente interactiva.
Este evento, que hace parte del programa institucional “Música del Mundo”, ha sido diseñado para formar nuevos públicos desde edades tempranas, sembrando en ellos el amor por la música y despertando el interés por los instrumentos, la interpretación y el arte sinfónico en general. En esta edición, una vez más, el formato logró su propósito: transformar un simple concierto en una experiencia memorable que combina arte, aprendizaje y participación activa.
El espectáculo estuvo a cargo de la Orquesta Filarmónica de Cajamag, que presentó un repertorio especialmente seleccionado para el público infantil. Se incluyeron melodías de películas que han dejado huella en varias generaciones, canciones infantiles populares y arreglos con un gran despliegue visual y sonoro. Sin embargo, más allá de la selección musical, lo que verdaderamente destacó fue la interacción constante entre los músicos, el director y los niños presentes.
El maestro Álvaro Acosta, director de la orquesta, no solo condujo a los músicos, sino que se convirtió en un narrador cercano, un guía entusiasta que supo hablar el lenguaje de los niños. Desde el inicio hasta el final, mantuvo una conexión directa con el público, invitándolos a participar, cantar, reír y hasta imaginarse tocando un instrumento dentro de una gran orquesta. Su enfoque pedagógico convirtió el concierto en una clase divertida de música, donde cada instrumento contaba una historia y cada sonido era una emoción en movimiento.
“Este tipo de experiencias despiertan en los niños no solo el gusto por la música, sino la posibilidad de imaginarse dentro de una orquesta, tocando un instrumento, haciendo parte del show. Ese es el verdadero objetivo”, señaló el maestro Acosta en medio del evento, reflejando el espíritu que motiva este proyecto.
Uno de los aspectos más valorados por los asistentes fue la gratuidad del evento para las categorías A y B, lo que permitió el acceso sin barreras económicas a muchas familias samarias. Además, la transmisión en vivo a través de las redes sociales de Cajamag amplificó el impacto, llevando la magia del concierto a hogares que no pudieron asistir presencialmente. Esta democratización del acceso cultural es otro de los pilares del programa, que no solo busca entretener, sino también formar y transformar desde la música.
El testimonio de los asistentes refleja el valor de la experiencia. Sandra Ríos, madre de dos niños de 7 y 9 años, expresó: “Lo que se vivió hoy fue más que un concierto. Fue una clase divertida, una historia contada con instrumentos, una tarde en la que los niños aprendieron que detrás de cada sonido hay una historia y una emoción”.
Durante el concierto, se podía ver a los pequeños reír, cantar, aplaudir y seguir las instrucciones del maestro como si realmente fueran parte del elenco musical. Esa participación activa convirtió a los niños no solo en espectadores, sino en verdaderos protagonistas de un evento que dejó huella en sus imaginarios.
Con esta quinta edición, “Bombos y Platillos” se consolida como una de las apuestas más importantes de Cajamag para la formación cultural y artística del público infantil. A través de la música, el teatro y la pedagogía, el concierto se ha convertido en una puerta de entrada al mundo sinfónico para muchos niños de Santa Marta y el Magdalena.
Más que un espectáculo, fue una experiencia de vida: un momento donde el arte, la educación y la emoción se unieron para formar ciudadanos más sensibles, creativos y conectados con el poder transformador de la música.
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