En un acto cargado de simbolismo y con un fuerte mensaje de reconciliación nacional, el presidente Gustavo Petro encabezó desde la ciudad de Santa Marta la ceremonia central del Día de la Independencia el pasado 20 de julio, rompiendo con la tradición de realizar este evento en Bogotá. La decisión de trasladar la conmemoración a la capital del departamento del Magdalena representó un gesto hacia la descentralización y un reconocimiento a los territorios históricamente marginados del país, en especial al Caribe colombiano.

Frente a la cúpula militar, autoridades civiles y centenares de ciudadanos que se dieron cita en este evento, el mandatario ofreció un discurso solemne, en el que hizo un llamado a la unidad nacional, dejando de lado las divisiones políticas y sociales que han marcado el panorama del país en los últimos años. En un tono conciliador, Petro sostuvo que Colombia tiene hoy la oportunidad de superar su historia de enfrentamientos y construir, desde la diferencia, un proyecto colectivo basado en la justicia social, la libertad y la inclusión.

“Antaño pensábamos en matarnos entre nosotros, hoy estamos juntos”, expresó el presidente, haciendo alusión a los conflictos internos que han atravesado la historia nacional. Su intervención buscó reforzar una narrativa esperanzadora en la que el país, pese a sus múltiples tensiones, puede aspirar a convertirse en una nueva Gran Colombia libre, retomando los ideales independentistas de 1810.

El presidente insistió en la necesidad de transitar hacia una Colombia reconciliada, en la que el diálogo y la justicia prevalezcan por encima de la polarización política. Hizo énfasis en que la transformación del país no debe implicar el sacrificio de las libertades democráticas, sino que debe sustentarse en un modelo que garantice los derechos fundamentales de todos los ciudadanos. Según Petro, Colombia debe ser una nación “del tamaño de nuestros sueños”, capaz de superar su historia de exclusión, desigualdad y violencia.

Durante su intervención, el mandatario también subrayó que la unidad nacional tiene un símbolo: la independencia. En ese sentido, destacó que las luchas de hoy —contra la pobreza, la corrupción, la violencia y la injusticia— están profundamente conectadas con los ideales libertarios que dieron origen a la nación. La independencia, según el presidente, no es solo una fecha conmemorativa, sino un llamado permanente a construir un país más justo y equitativo.

La ceremonia transcurrió sin contratiempos mayores, pero no estuvo exenta de señales políticas significativas. La ausencia de la vicepresidenta Francia Márquez, quien participó en una ceremonia paralela en Bogotá, fue uno de los hechos que más llamó la atención de los analistas y medios, alimentando rumores sobre posibles tensiones dentro del alto gobierno. Aunque no hubo pronunciamiento oficial al respecto, el hecho no pasó desapercibido y generó interpretaciones sobre el estado de las relaciones internas en la Casa de Nariño.

En un momento clave de su mandato, en el que enfrenta desafíos como la implementación de la paz total, el avance de reformas estructurales y una creciente presión política desde diversos sectores, Petro parece apostar por un discurso de conciliación nacional como estrategia para tender puentes con la ciudadanía y las regiones. La elección de Santa Marta como sede del acto patriótico no fue solo una decisión logística o simbólica, sino también un gesto político que busca reconectar con las periferias, reconociendo su papel en la historia y su potencial en la construcción del país.

El presidente cerró su intervención con un mensaje de esperanza: “Es posible, a pesar de las diferencias, construir una nación grande, con justicia social y libertad”. Con esta afirmación, Gustavo Petro no solo evocó los ideales independentistas, sino que reafirmó su compromiso con un proyecto de país incluyente, democrático y orientado hacia la reconciliación. Aún queda por ver si estos anhelos logran materializarse en el complejo contexto político colombiano, pero el mensaje enviado desde Santa Marta busca abrir un nuevo capítulo en la narrativa nacional.

#cadenaradiallalibertad