El reguetón, género nacido en el Caribe y convertido en fenómeno global, demostró nuevamente su carácter universal y sin barreras en la residencia musical de Bad Bunny, titulada “No Me Quiero Ir de Aquí”, celebrada en el Coliseo de Puerto Rico. Este evento marcó un hito no solo por su éxito en taquilla, sino también por su apuesta inclusiva: por primera vez, personas sordas pudieron disfrutar plenamente de un concierto urbano gracias a un equipo de intérpretes de lengua de señas que tradujeron cada verso, cada ritmo y cada beat con energía y precisión.
Entre luces, vibraciones y perreo, los intérpretes se movieron al ritmo de la música, generando una coreografía paralela que permitía a los asistentes sordos vivir el espectáculo de manera integral. Para muchos, como la joven Zoé Marie Rodríguez, la experiencia fue reveladora: “En cuestión de accesibilidad, poder entender lo que se está diciendo en la música, el vocabulario, las señas, la energía… va a la par con lo que es el concierto”, comentó emocionada a la agencia EFE. La atmósfera creada entre lenguaje de señas, vibraciones, luces y emociones colectivas rompió con el aislamiento que tradicionalmente enfrenta la comunidad sorda en espacios musicales, consolidando un paso adelante en la inclusión cultural.
Para activistas de la comunidad sorda puertorriqueña, lo ocurrido es una victoria tras años de lucha por el derecho a disfrutar del arte en igualdad de condiciones. “La música no es solo sonido, es cultura, emoción, mensaje… y todos merecemos entenderla”, subrayaron, destacando la relevancia del gesto en un evento de tal magnitud.
Más allá de la inclusión, la residencia “No Me Quiero Ir de Aquí” representa para Bad Bunny una declaración de amor hacia su tierra natal. En entrevista con Variety, el artista confesó que su mayor fantasía profesional ha sido ofrecer un concierto gratuito para todos los puertorriqueños. Aunque ese sueño aún no se materializa por completo, esta residencia de 30 noches en el Coliseo se acerca bastante a esa visión, pues busca devolver a su pueblo parte del cariño recibido durante su ascendente carrera.
Las presentaciones comenzaron el 11 de julio y se extenderán hasta el 14 de septiembre, con funciones programadas cada fin de semana. Posteriormente, Benito Antonio Martínez Ocasio —nombre real del artista— iniciará una gira mundial de 56 fechas que lo llevará por Europa y América Latina, con cierre previsto en Bélgica en julio de 2026.
Un aspecto particular que resalta la conexión de Bad Bunny con Puerto Rico es que los primeros nueve shows de la residencia estuvieron destinados exclusivamente a residentes locales, quienes debieron presentar prueba de domicilio para adquirir entradas. La respuesta fue inmediata: en solo ocho horas se vendieron más de 80 mil boletos, generando ingresos superiores a 11 millones de dólares.
En definitiva, “No Me Quiero Ir de Aquí” no es únicamente un ciclo de conciertos; es un acto de resistencia cultural, un homenaje a la isla que lo vio crecer y una celebración de la diversidad. Al abrir sus puertas a la inclusión y al reafirmar su vínculo con Puerto Rico, Bad Bunny confirma que su música trasciende fronteras, géneros y limitaciones, consolidándose como una voz de representación y orgullo para su comunidad.
#cadenaradiallalibertad