El actor estadounidense Peter Greene, reconocido por sus memorables interpretaciones en películas emblemáticas de la década de 1990 como The Mask y Pulp Fiction, fue encontrado muerto en su apartamento de Nueva York. La noticia fue confirmada por su antiguo representante, Gregg Edwards, al diario estadounidense New York Post, lo que generó conmoción entre seguidores del cine y la industria cinematográfica. Greene tenía 60 años al momento de su fallecimiento y su muerte marca el adiós a un intérprete que dejó una huella particular en el cine moderno gracias a su capacidad para encarnar personajes intensos y perturbadores.

De acuerdo con información proporcionada por la policía, el cuerpo del actor fue hallado el viernes en estado inconsciente dentro de su apartamento y fue declarado muerto en el mismo lugar. Las autoridades señalaron que no existen indicios de que se haya tratado de un hecho ilícito. No obstante, será el forense quien determine oficialmente la causa del fallecimiento, mientras se completan los procedimientos correspondientes. Gregg Edwards, quien fue su representante durante más de una década, confirmó el deceso y recordó la trayectoria profesional de Greene, así como su impacto dentro de la industria del entretenimiento.

Peter Greene nació en octubre de 1965 en Montclair, Nueva Jersey, y logró consolidarse durante los años noventa como uno de los villanos más reconocibles del cine estadounidense. Su presencia en pantalla, combinada con una actuación intensa y un estilo físico muy marcado, le permitió destacar en papeles secundarios que, pese a no ser protagónicos, resultaron inolvidables para el público. Greene supo especializarse en personajes oscuros, violentos y perturbadores, convirtiéndose en un rostro habitual para este tipo de roles.

Uno de sus trabajos más recordados fue su participación en Pulp Fiction (1994), la aclamada película dirigida por Quentin Tarantino. En este filme interpretó a Zed, uno de los villanos más impactantes y perturbadores del cine moderno. Su personaje, aunque aparece en una parte limitada de la historia, dejó una impresión duradera debido a la crudeza de las escenas y a la intensidad de su actuación, convirtiéndose en uno de los antagonistas más recordados de la película.

Ese mismo año, Peter Greene también participó en The Mask (1994), protagonizada por Jim Carrey. En esta cinta interpretó a Dorian Tyrell, un delincuente carismático que funciona como el principal antagonista de la historia. A diferencia de su papel en Pulp Fiction, este personaje le permitió mostrar una faceta distinta, combinando amenaza, humor y presencia escénica, lo que hizo que su actuación fuera especialmente entrañable para el público.

Además de estos trabajos, Greene formó parte del elenco de The Usual Suspects (1995), otra película icónica de la década, consolidando así su lugar dentro del cine de culto de los años noventa. Aunque su carrera no siempre estuvo bajo los reflectores principales, Peter Greene será recordado como un actor que supo darle profundidad y fuerza a personajes secundarios, dejando una marca indeleble en algunas de las películas más influyentes de su época.

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