Por: Redacción.
*Tomado de Otrasvision.co
Las puertas de las estaciones de Transcaribe siempre están abiertas, no porque sea una forma amable de recibir al público, sino porque la mayoría de las veces, están dañadas.
La queja de los usuarios del sistema es recurrente, las puertas permanecen abiertas todo el tiempo y las pocas que cierran, por lo general se traban y no abren cuando se supone que deben hacerlo, sin embargo, esa situación está prevista por Transcaribe, aunque no de una manera efectiva, como lo que denuncian los propios cartageneros.
De acuerdo con la información obtenida, se contrata una empresa para que haga dos tipos de mantenimiento a las 150 puertas de las 17 estaciones de la avenida Pedro de Heredia, incluidas 6 puertas que no prestan servicio, es decir que nunca se han usado, y no se sabe por qué cobran mantenimiento por ellas, las del Módulo B de la estación Villa Olímpica.
El gerente de Transcaribe Humberto Ripoll argumenta que con el fin de mantener la garantía, solo la “Sociedad Villegas y Villegas, Ivegas S.A.S.” que suministró las puertas, puede realizar los dos tipos de mantenimientos a estas, uno preventivo que se hace tres veces al año y uno correctivo que se hace cuando alguna puerta se daña y debe repararse de inmediato.
Muchas personas critican que normalmente dentro de las cláusulas de garantías se incluyen los mantenimientos a los productos, sin embargo en este caso, la única forma de mantener la garantía de las puertas es contratar el mantenimiento con esa misma empresa, no fue suficiente la compra de las puertas, sino que obligan a contratar unos mantenimientos que deberían ser asumidos por ellos, como garantía de haber suministrado un producto de calidad y ser una empresa responsable.
Sin embargo, Transcaribe paga $ 396.261.000 al año a la sociedad Villegas y Villegas, Ivegas, para que realice según el contrato firmado 3 Mantenimientos Preventivos, uno en febrero, el otro a los 6 meses y el último en el mes de noviembre, y haga máximo 9 reparaciones de puertas; el contrato se firmó el 6 de marzo, por lo que al menos se perdería el mantenimiento de febrero.
Las 150 puertas en total suman 450 mantenimientos preventivos al año, y cada uno cuesta 272.480 pesos, lo que significan 122 millones de pesos, sin embargo, lo que mantiene las puertas abiertas es el exorbitante costo de los mantenimientos correctivos, pues cada uno cuesta $3.919.000, prácticamente 15 veces lo que vale el mantenimiento, para que asista un técnico y un asistente a hacer la reparación y de estos se contratan máximo 9 para todo el año, es decir que solo se pueden arreglar 9 de 150 puertas en todo el año.
Adicional a ello, en caso de que los daños en las puertas necesiten repuestos, deben ser costeados por Transcaribe, para lo que hay destinado un fondo económico más alto que para los dos ítems anteriores juntos, de acuerdo a la contratación, 238 millones 374 mil pesos se pueden pagar en repuestos al año en las 9 reparaciones, por lo que muchos ciudadanos que conocen el tema no se explican por qué el descomunal precio de una reparación.
En un recorrido por todas las estaciones del sistema Transcaribe que hizo Otravision.co, constató que un total de 29 puertas se encuentran abiertas sin funcionalidad de cierre y apertura: las 6 puertas de la estación Chambacú no sirven, 8 de las 12 puertas de las estación La Bodeguita, 6 de las 12 puertas de la estación Centro, 8 de las 12 puertas de la estación Bazurto y 1 de las 12 puertas de la estación Madre Bernarda están en la misma situación.
Así las cosas, de acuerdo al contrato de Transcaribe, se necesitan más de 3 años para arreglar las puertas que hoy están dañadas y fueron dejadas abiertas, sin que haya lugar a que ninguna otra sufra daños en ese mismo lapso, situación que ha causado indignación en los cartageneros que se resignan a vivir el peligro de las puertas abiertas de Transcaribe.
Otra situación insólita en criterio de los cartageneros usuarios del sistema que contaron a este medio y que se logró constatar en la visita, es que: en las estaciones que tienen 6 puertas, dos de ellas no funcionan sino que permanecen cerradas todo el tiempo y en las estaciones que tienen 12 puertas, 4 de ellas permanecen cerradas, porque no hay buses que tengan las dimensiones con las que podrían utilizar la última puerta de cada línea de carga y descarga de pasajeros en la estaciones.
Esto quiere decir que, un total de 48 de las 150 puertas no son usadas y no prestan ningún servicio, pero son incluidas en los mantenimientos a pesar de que no cumplen ninguna funcionalidad. Y en la zona de alimentadores de la estación Madre Bernarda se encuentran 18 puertas en su totalidad dañadas, que ni siquiera son tenidas en cuenta en los mantenimientos, sin embargo tienen la misma garantía que las demás ya que fueron suministradas por la misma empresa en iguales condiciones que las demás.