Por. Redacción.
A los 78 años de edad, 55 de ellos en los medios, un paro respiratorio puso fin a la vida de Carmen Victoria Pérez. Falleció la tarde de este sábado, en su residencia en Caracas, al lado de sus familiares y amigos más cercanos.
Caraqueña, nacida el 6 de abril de 1941, “la flaca”, como cariñosamente se le conocía, representa una época de oro de la televisión venezolana, la de las noches de gala del Miss Venezuela, en donde su aparición, trajeada con las más extravagantes y elegantes creaciones de Guy Meliet, el hombre que mejor llegó a conocer su cuerpo, nunca pasó desapercibida y daba de qué hablar durante semanas. Y claro, era lo que buscaban.
Fue animadora de Yo se lo vendo, El Show de Aldemaro Romero, Viva la juventud y Sábado Sensacional, entre otros programas
Pérez inició su carrera como asistente de Renny Ottolina. De la mano del número 1 entró a Radio Caracas Televisión, donde inicialmente formaóparte de la plantilla de actores, estudia radio y televisión y sacó el certificado de locución. Tenía apenas 21 años y fue copresentadora, junto con su jefe, de los Premios Ronda. A partir de entonces fueron muchas las oportunidades que se le abrieron a “la flaca”, la dueña de esa voz que todo venezolano reconoce. Trabajó en los programas Yo se lo vendo, El Show de Aldemaro Romero y Viva la juventud, una prueba de conocimientos entre liceístas en los que compartía micrófonos con Guillermo González en RCTV.
1980 cambió su vida para siempre: el 8 de mayo debutó como conductora del Miss Venezuela, trabajo que compartió primero con Amador Bendayán y luego con Gilberto Correa, con quien conformó una de las mejores parejas de animadores de la televisión venezolana. Cada año, frente a la pantalla, los venezolanos se sentaban para ver los trajes que Carmen Victoria luciría en aquella noche tan linda, obra de ese maestro de la costura que fue Guy Meliet.
El diseñador francés la hizo lucir sobre el escenario con mangas exageradas, largas colas, hombreras de aluminio, bombas en los brazos y armadones. “Nosotros nunca trabajamos para que todo el público dijera: ‘¡Ohhhhh!’. Nosotros trabajábamos para que la gente criticara durante todo un mes (…) Es que yo nunca fui feliz con un vestido de Meliet. ¿Pero, dime tú, cómo iba a ser feliz con unas cosas que pesaban tanto, que eran tan estrechas, que no me permitían sentarme durante cuatro horas, y que obligaban a que me friccionaran los pies con crema mentolada el día después? ¡Yo no me podía sentar porque se arrugaba el traje!”, le confesó al periodista Simón Villamizar en una entrevista concedida a la Revista Exclusiva en 2017.
Carmen Victoria Pérez no tuvo hijos. Amó profundamente a su sobrina Victoria Jiménez. Se consideraba una mujer de medios, con profundos principios democráticos. Siempre extrañó a RCTV, canal al que el gobierno de Hugo Chávez no le renovó la concesión en 2007 y salió de las pantallas venezolanas. “Soy lo que soy gracias a ese vehículo”, reconocía, siempre elegante, siempre discreta, siempre única. Poco le importó ser la gran animadora de la televisión venezolana: lo más importante para ella era reconocer a quien tuvo como maestros, Renny Ottolina, Aldemaro Romero y Joaquín Riviera.
El periodista Isnardo Bravo fue uno de sus últimos compañeros de trabajo. Con el condujo, hasta el martes pasado y después de año y medio, el programa Dimes y diretes que transmite La Romántica 88.9 FM. “Ante la audiencia sus ausencias siempre fueron justificadas sin mayores detalles, como siempre lo pidió. Ese día se sintió mal. Yo la lleve a su casa con su hermana”, contó, afectado, el periodista. “Me queda su disciplina, su prudencia; siempre se lo dije. Fue, sobretodo, prudente. 55 años de vida pública y nunca tuvo un escándalo”, expresó.
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