Por: María Alejandra Barrios
*Creada para brindar experiencia a jóvenes que han sido víctimas de desplazamiento en Colombia.
Conectándose con la naturaleza, Flor Martínez, docente de yoga integral en el corregimiento de Guaimaral ubicado en el municipio de Tubará, le trae sonrisas de esperanza a niños y niñas víctimas del desplazamiento, pertenecientes de las diferentes áreas rurales del Caribe colombiano, por medio de la iniciativa ‘Yogarte’, un encuentro espiritual convertido en herramienta terapéutica para generar conciencia de nuestro ser y alrededores.
La joven maestra cuenta con 12 años de experiencia en Yoga, una tradicional disciplina física y mental originada en India. Sus estudios se llevaron a cabo en la escuela Sanarte-Santosha Chile, donde aprendió arte terapia, conjugado con la terapia ocupacional en una institución superior en Barranquilla.
“El Yoga ayuda a crear más conciencia, nosotros estamos expuestos en estos momentos a muchas tecnologías y el uso inadecuado que estas generan que los jóvenes no tengan una buena formación en sus valores, en el conocimiento de su propio cuerpo, tanto físico como mental. Por lo que esta práctica se convierte en aquel instrumento o herramienta terapéutica para contribuir una mayor concentración y conciencia con el fin de construir mejores humanos”, compartió en diálogo con LA LIBERTAD Flor Martínez.
La joven atlanticense cuenta que se inspiró en aquellas vivencias de su infancia en Pradomar, Puerto Colombia, cuando veía a su madre realizar labores sociales de alfabetización a los campesinos cuidadores de cabañas aledañas a la zona, entre los que se encontraban también sus hijos pequeños, que habían sido víctimas del desplazamiento a causa del conflicto armado.
“Por lo general estos niños venían de áreas rurales de todo el país y yo no podía hacerme ajena a esto, por eso los invitaba a mi casa a leerles cuentos, luego empecé a enseñarles sobre el yoga, al mismo tiempo que realicé arte con ellos. Pero como no tenía muchos recursos para los materiales, me las ingeniaba con elementos que tenía a mi alrededor y ahí fui haciendo clic todavía más con respecto a la conciencia ecológica que como seres humanos debemos mantener. Todo esto fue y sigue siendo un instrumento de sanción tanto para mí como para ellos, porque aprendimos mucho los unos de los otros”, resaltó Martínez.
Luego de su retorno a Galapa, al encontrarse con jóvenes que habían pasado por circunstancias similares, la motivó a poner en marcha ‘Yogarte’ aun con los pocos recursos que contaba en ese entonces. Ante esta situación amigos, vecinos y voluntarios empezaron a donar materiales didácticos, merienda, libros, entre muchos elementos más para utilizarla dentro de las clases.
Actualmente Flor cuenta con un espacio al que ella denominó ‘La montaña sagrada’, ubicada en Tubará. Además de esto, también realiza actividades simultáneas en la ciudad de Barranquilla y encuentros virtuales con jóvenes a nivel mundial por medio de las plataformas digitales. Pues a pesar que el mundo ha estado en contingencia sanitaria, su desmesurado deseo por acompañar a la infancia no ha disminuido.
Entre las estrategias de esta maestra de yoga para lograr una conexión con los jóvenes se encuentra: pintar diferentes figuras y posturas del yoga que son por lo general basadas en los animales y la naturaleza, haciendo de una forma dinámica y diferente con el objetivo de mantenerlos activos y concentrados.
“Lo importante fue conectar con mi niña interior porque a veces los profesores se llegan a colocar en un pedestal, y mi solución fue mantenerme bajita y ser una niña, sin perder el respeto que debe existir entre maestro y alumno. Contar con la herramienta del arte terapia fue fundamental para impregnar el yoga y que ellos lo integraran a través del juego, ya sea para pintar, jugar con plastilina, hacer figura en arcilla, realizar caminatas para contemplar la naturaleza, entre muchas cosas más complementadas con esta técnica”, aseguró.
El yoga no solo sirve para alimentar nuestro ser espiritual, sino también para fortalecer lazos interpersonales, creados en cada sección. Respecto a esto, entre sus anécdotas contó como un joven que padecía de una discapacidad motora logró a través del juego relacionarse con otros chicos y correr junto a ellos, a través de la clase de terapia ocupacional, lo que hizo que se emocionara mucho más por esta labor.
Desde la red social de Instagram: @magicflowyoga y @proyecto.yogarte, las personas pueden contactarse y estar al pendiente de las labores sociales que se realicen con los jóvenes, trabajando en conjunto con voluntarios dentro de sus actividades.
#cadenaradiallalibertad