Por: Ramiro Diaz Romero

FABIO ORTIZ RIBON, COMUNICADOR SOCIAL Y PERIODISTA, EGRESADO DE LA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DEL CARIBE. 
TODOS LOS AÑOS REALIZA LA PARODIA A LAS GRANDES FIGURAS DE LA POLÍTICA Y LA RELIGIÓN CATÓLICA. SU PERFORMANCE ES UNA SÁTIRA CON HUMOR. HA LOGRADO EL RECONOCIMIENTO CON VARIOS CONGOS EN EL CARNAVAL DE BARRANQUILLA. TIENE UNA CAPACIDAD PARA DESDOBLARSE Y CARACTERIZAR LA REALIDAD. 

Las aguas del mar de Galilea estaban tranquilas.  Era época de la subienda.  Peto no sé sentía el rumor ni de la brisa ni del agua.  Había mucha incredulidad.


San Pedro, el humilde pescador    conocido como Simón Pedro o Cefas,  cuyo nombre verdadero era Simón Bar – Jonás, atribulado porque no pescaba,  y en  virtud de la subienda, presenció el milagro de su guía Jesús,  observó asombrado, el berrinche de los peces en su trasmallo. Eso lo convirtió en seguidor de Cristo. 

Lo que nunca pensó el  Apóstol era su conversión,  su deseo de salvar almas descarriladas en la fiesta de la carne y del folklor, personificado y debidamente ataviado, por el artista y comunicador social Fabio Ortiz Ribon, quien logró  una especie de metamorfosis,  convirtiendo a un apóstol en Santo parrandero, gozaba salvando almas pero también disfrutaba la música frenética de una tierra con sus habitantes confundidos y alegres.

La diferencia está en que este San Pedro moderno,  no tiene un valor teológico  por pertenecer al aquelarre  de los días, perdido en su mundo. No es citado por sus famosas epístolas y no hace parte del nuevo evangelio. 

Lo gracioso de ésta parodia es la capacidad para reinventarse, de apóstol a cambiar su estatus por el de un monje mamón, interpretado en el mejor sentido de la palabra. Un monje canson, disciplinado o psi corrigido, y no el monje de  vida libidinosa. La personificación tiene un juego gracioso, ante tantos actos contrarios a la normas en la religión católica de estos tiempos, sumidos en una inversión de  valores.  Puede entenderse de ambas maneras.  Una iglesia en crisis,  cuyas leyes son flexibles  y no castigan  a  los curas  pederastas, que siempre  está envuelta en escándalos. Esa es quizás la esencia de la parodia del Monje Mamón. 
No nació en Betsaida ni tiene un hermano apóstol de nombre  Andrés. Éste apostolado se lo gana Fabio Ortiz, en virtud de su  constancia, porque a mediados de año se deja crecer la barba convirtiéndose en un esclavo de su propio invento para hacer reír en serio y en broma  a los simpatizantes de sus famosas epístolas bíblicas.

DE CARLOS MARX A GANDHI

Debió beber, alguna vez, en las canteras de  Karl  Heinrich Marx. O llegó admirar su famoso Manifiesto que lo impulsó cambiar sus rasgos naturales por una fisonomía patriarcal,  bonachona, que inspirara respeto. Mucha inspiración.

Lo que nunca penso el Carlos Enrique Marx criollo,  es que el autor de la obra cumbre, El Capital, en donde se proyecta el materialismo puro, pensador con varias carreras, fuera sepultado en la cuna del imperio económico del mundo, el Reino Unido. ¿Ironías de la vida? 

Nuestro Carlos Marx, nació en las entrañas del Carnaval de Barranquilla. Lo que hizo Fabio Ortiz fue enviar un sutil mensaje.  La fiesta pagana es un disfraz para olvidar las penas por cuatro días,  que sirva de pretexto y se pueda disipar aquellos pérfidos actos de una sociedad, ávida de un escape psicológico, o emocional.  El Carnaval es eso, un disfraz en  permanente moda.  La careta es el pasaporte para entrar a la jarana y no ser advertido. 

Es el opio del pueblo, diría Marx,  y con tal de dar rienda suelta a la imaginación,  el Marx nuestro de todos los días,  también decreta la libre aventura pero no es responsable que en diciembre se vean las consecuencias  que el judío alemán tanto criticaba, la explosión demográfica  y sus repercusiones en la sociedad.

No en vano fue periodista, filósofo,  sociólogo, y, tal vez por ello,  Ortiz Ribon,  estudio el perfil para su caracterización en un Carnaval tan prolífico.

MATHMA GANDHI

Caso contrario sucedió con Mahtma Gandhi,  cuya interpretación política y  cultural, se puede decir que es magistral.

Ortiz Ribon logra recrear su performance  utilizando los movimientos lentos, su hablar suave,  la prudencia y el sigilo de un personaje que  doblegó con su huelga de hambre a todo un imperio para liberar y darle independencia a la India.  No utilizó la fuerza, no hubo ninguna agresión bélica,  su actitud generosa y convincente terminó por disuadir  la arrogancia y altivez de  los jerarcas del Rai Británico, practicando la desobediencia civil.

Para este personaje de Barranquilla que se asimila a  un ángel insurrecto, se tomó el Carnaval  de manera pacífica, no se ganó el Rabindranatg Tangore,  pero si ha ganado el Congo de oro por sus presentaciones. No tiene los títulos de abogado  y pensador progresista, pero es un excelente comunicador visual, muy social,  porque lleva un mensaje implícito que conmueve y enternece.  Que despierta la admiración tantos de impuros y purificados  que se bañan en las calles un martes de carnaval. Es el Mahtma Gandhi,  reencarnado, saludando con la fuerza de su  poesía existencial.

Hay mucha gracia en sus enérgicas representaciones. Algunos indican que  está acabando con el santoral,  y que el Vaticano lo va demandar por no pagar los derechos de  autor. Que solo se salva si tiene comunión política con el  Papa Francisco.  Ortiz Ribon exterioza que es el Vaticano que  debe pagar por la buena promocion que le hace al banco Ambrosiano y a la Santa Sede.  Que el Santo padre entienda que en donde come uno también  comen dos, por tanto, pasará factura simbólica y no electrónico para que haya sana paz con el apostolado y el Vaticano.

#cadenaradiallalibertad