Por: Redacción

En primer lugar se debe precisar que el término cannabis se refiere a un género de planta herbácea originaria de Asia Central, de la familia Cannabaceae y consta de tres especies: cannabis sativa, cannabis indica y cannabis ruderalis que se ha utilizado en la medicina popular y como materia prima en la producción textil. 

El cannabis aún es estigmatizado por una buena parte de la población a pesar de que hoy en día se cuenta con evidencia científica que avala sus usos médicos, por esto, Danilo Lusbin Ariza, profesor del Diplomado en Innovación y Emprendimiento del Cannabis de la Universidad Tecnológica de Bolívar (UTB), y Anne Marie Graham, abogada de Alpha Academy of Science en Colombia, desmienten mitos y precisan las realidades acerca de este negocio multimillonario y popular.
Mito 1: los consumidores de cannabis se vuelven dependientes de este.

“Si bien en el mercado negro se pueden encontrar flores mezcladas con otros compuestos químicos que buscan generar adicción para mantener el mismo mercado, no hay que poner en la misma balanza las flores que se han producido con estándares altos de calidad para uso medicinal; es muy diferente el producto final”, expresa Lusbin Ariza.

Para efectos medicinales la regulación ha sido muy estricta y exige certificados de calidad que aseguren que la flor es apta para el consumo y genera confianza al médico para remitir a un paciente. Por todo lo anterior, el cannabis que ha sido procesado para efectos medicinales no genera dependencia. El factor para identificar si la flor genera dependencia o no radica en la procedencia del producto.

Mito 2: el cannabis es una droga peligrosa.

Realidad: el cannabis se considera estupefaciente porque su consumo puede causar euforia, alteración de la sensibilidad, dependencia mental o física. Asimismo, tiene la capacidad de cambiar el funcionamiento de las células cerebrales y, por lo tanto, provoca una falsa sensación de placer y buen humor. Sin embargo, La Comisión de Estupefacientes de la ONU la excluyó de la Lista IV de la Convención Única de Estupefacientes de 1961, la categoría de las drogas más peligrosas, (como la heroína) y la ha reconocido como una droga con propiedades terapéuticas, lo que permite la investigación médica en esta área.

Mito 3: las personas solo consumen cannabis por su efecto psicoactivo.

Realidad:
El cannabis contiene alrededor de 400 tipos de cannabinoides, pero solo algunos de ellos poseen el efecto psicoactivo, y otras por el contrario, se caracterizan por propiedades beneficiosas para el tratamiento médico de diversas enfermedades, como lo son el Tetrahidrocannabinol (THC), Cannabidiol (CBD), Tetrahidrocannabivarina (THCV) y el Cannabicromeno (CBC). 

Mito 4: el uso del cannabis tiene efectos secundarios negativos.

Realidad:
“En la actualidad el cannabis es reconocido en todo el mundo por sus efectos positivos sobre la salud, especialmente de sus componentes cannabinoides. La experiencia acumulada en el uso del cannabis medicinal demuestra que los pacientes generalmente lo toleran muy bien y los efectos secundarios que se presentan están asociados con dosis altas o con las interacciones de otros medicamentos que se toman en conjunto con el cannabis”, precisó Lusbin Ariza.

Asimismo, precisa que los cannabinoides tienen un gran potencial terapéutico en una gran cantidad de afecciones médicas. Algunos medicamentos a base de cannabinoides ya han sido aprobados en varios países para el tratamiento del dolor asociados a varios tipos de cáncer, incluidos los de cerebro, pulmón, mama y próstata.

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