Nicole Kidman hizo una declaración sorprendente relacionada con su experiencia en las escenas de sexo durante el rodaje de Babygirl, afirmando que llegó a un punto en el que tuvo que pedir parar, diciendo: «Ya no quiero más orgasmos». Estas declaraciones reflejan lo intenso que fue el proceso de filmación de esas escenas, lo cual es una muestra de la dedicación y profesionalismo que Kidman aporta a cada uno de sus proyectos.
Este tipo de escenas, aunque pueden ser necesarias para la narrativa de ciertas películas, suelen ser desafiantes para los actores. Kidman, una de las actrices más reconocidas en la industria, ha hablado en otras ocasiones sobre lo emocional y físicamente agotadoras que pueden ser este tipo de secuencias, especialmente cuando se requiere de una gran autenticidad.
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