En el yacimiento arqueológico de Atapuerca, en Burgos, España, se han descubierto fragmentos óseos faciales datados entre 1,1 y 1,4 millones de años, considerados los restos humanos más antiguos hallados en Europa occidental. Estos fragmentos, denominados ‘Pink’ en honor a la banda Pink Floyd y a la investigadora Rosa Huguet, incluyen un maxilar y un hueso cigomático. Su morfología no coincide plenamente con las especies conocidas del Pleistoceno temprano, como Homo antecessor o Homo erectus, por lo que se les ha asignado provisionalmente la clasificación de Homo affinis erectus.
Este hallazgo sugiere que, durante el Pleistoceno temprano, Europa occidental albergaba al menos dos especies humanas: Homo aff. erectus y Homo antecessor. Además, el contexto arqueológico revela que estos homínidos habitaron en un entorno boscoso y húmedo, donde utilizaban herramientas de piedra primitivas y cazaban animales como castores e hipopótamos. Estos descubrimientos enriquecen nuestra comprensión sobre la diversidad y distribución de las especies humanas en Europa durante el Pleistoceno temprano.