El fútbol colombiano está de luto tras confirmarse en las últimas horas el fallecimiento de Miguel Ángel ‘El Zurdo’ López, el histórico director técnico argentino que dejó una profunda huella en el balompié nacional y, en especial, en el corazón de los hinchas del Junior de Barranquilla. A los 83 años, López partió dejando un legado imborrable como líder, formador y artífice de momentos memorables, entre ellos la conquista de la quinta estrella rojiblanca en 2004.

Natural de Argentina, López fue un estratega con temple, carácter y visión táctica. Su carrera como entrenador en Colombia estuvo marcada por una relación especial con el Junior de Barranquilla, al que dirigió en siete etapas distintas, siendo sin duda la más recordada la del Torneo Finalización 2004, campeonato que quedará grabado para siempre en la historia del club y del fútbol profesional colombiano.

Aquella campaña fue el culmen de su trabajo. Junior llegó a la final del torneo enfrentando al siempre competitivo Atlético Nacional. En el partido de ida, jugado en el Estadio Metropolitano Roberto Meléndez, el equipo dirigido por López ofreció una de sus mejores presentaciones, imponiéndose por 3-0 con autoridad y contundencia. Sin embargo, en la vuelta, disputada en el Estadio Atanasio Girardot de Medellín, Nacional igualó la serie al vencer 5-2, en un duelo dramático que forzó la definición por penaltis.

En la tanda decisiva, la tensión era máxima. Fue entonces cuando Martín Arzuaga, delantero símbolo de aquella escuadra, anotó el penalti definitivo, otorgándole a Junior su quinta estrella y consolidando la figura de Miguel Ángel López como uno de los técnicos más importantes en la historia del club.

Pero López fue más que resultados. Su estilo de liderazgo fuerte pero humano, su capacidad de motivación, su lectura táctica y, sobre todo, su conexión con los jugadores y la afición, lo convirtieron en una figura entrañable en el entorno rojiblanco. En cada etapa como entrenador del Junior dejó huellas que trascendieron los vestuarios: construyó equipos aguerridos, competitivos y fieles a un estilo que combinaba garra, talento y pasión.

A pesar de sus logros, en los últimos años la salud del ‘Zurdo’ se vio seriamente afectada. En agosto de 2020, sufrió un infarto que deterioró considerablemente su estado físico. Desde entonces, sus apariciones públicas se volvieron escasas. La última imagen difundida fue un emotivo video compartido por el exarquero uruguayo Sebastián Viera, en el que se le veía con movilidad reducida, postrado en cama. En ese momento, Viera apeló a la memoria colectiva y al cariño de la hinchada para brindarle apoyo al que definió como uno de los entrenadores más influyentes de su carrera.

La noticia de su fallecimiento ha generado una ola de reacciones y mensajes de condolencia desde distintos sectores del fútbol nacional. Exjugadores, técnicos, periodistas deportivos y aficionados han expresado su gratitud y admiración por quien fue, más allá de los títulos, un maestro de la dirección técnica y un símbolo de entrega.

El legado de Miguel Ángel López no se mide solo por el trofeo levantado en 2004. Su verdadero impacto radica en la marca emocional que dejó en la historia del Junior, en la memoria colectiva de una generación que celebró con él y en el respeto que supo ganarse en las canchas colombianas. Fue un técnico que supo vivir y hacer vivir el fútbol con intensidad.

Con su partida, se cierra un capítulo fundamental de la historia rojiblanca. El Junior pierde a uno de sus arquitectos más icónicos, pero la hinchada lo recordará por siempre como el líder que condujo al equipo a la gloria con el corazón, la experiencia y la táctica de un verdadero maestro.

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