Durante la ceremonia de apertura del desfile militar del 20 de julio, celebrado con motivo del Día de la Independencia de Colombia, el presidente de la República, Gustavo Petro, aprovechó el escenario para pronunciar un discurso cargado de simbolismo histórico, cultural y político. En sus palabras, el mandatario destacó el profundo significado de la conmemoración de los 500 años de la fundación hispánica de Santa Marta, la ciudad más antigua del país y una de las más relevantes en el contexto de la historia colonial de América Latina.
El presidente inició su intervención reconociendo que la historia de Colombia está cambiando, y que esta conmemoración no debe entenderse únicamente como una efeméride, sino como una oportunidad para reflexionar sobre el pasado, resignificarlo y proyectar una narrativa más incluyente y justa sobre los hechos fundacionales del país. Según Petro, los 500 años no representan solo medio milenio de existencia de una ciudad, sino un encuentro cultural entre civilizaciones que transformó para siempre la vida en el territorio.
“La historia de Colombia ha cambiado”, afirmó Petro con énfasis, señalando que este cambio no es únicamente historiográfico, sino también una transformación en la forma como el país se piensa a sí mismo, su origen, su diversidad y sus luchas. El mandatario remarcó que este aniversario se sitúa en un momento clave para dejar atrás narrativas centradas exclusivamente en el conflicto, la colonización y la dominación, y comenzar a contar una historia donde la resistencia, la cultura, la memoria y los pueblos originarios tengan un lugar protagónico.
En ese sentido, el presidente destacó el poder transformador del arte, la cultura y los lenguajes simbólicos como ejes fundamentales para sanar las heridas del pasado y construir una sociedad más inclusiva y consciente. Invitó a la ciudadanía a ver los actos conmemorativos no solo como celebraciones, sino como espacios de encuentro, reflexión y construcción colectiva de identidad.
Con este enfoque, Petro anunció la realización de actos de cierre de la conmemoración los días 28 y 29 de julio, en los que participará una delegación cultural de alta calidad, compuesta por artistas, colectivos y agrupaciones representativas tanto de la región Caribe como del ámbito mediterráneo. Esta presencia internacional, particularmente del Mediterráneo, busca reforzar el concepto de diálogo intercultural entre pueblos que comparten una historia de encuentros, migraciones e influencias mutuas.
El presidente extendió una invitación abierta al país y al mundo entero a sumarse a estas actividades, destacando que serán una oportunidad para rendir homenaje no solo a la ciudad de Santa Marta, sino también a los procesos históricos, sociales y culturales que han dado forma a Colombia durante cinco siglos. La presencia de manifestaciones artísticas de alta calidad, tanto nacionales como extranjeras, pretende resaltar la diversidad cultural como una riqueza invaluable del país y un elemento esencial para su transformación.
Con este tipo de discursos y acciones, el Gobierno Nacional busca proyectar una imagen de Colombia más acorde con su diversidad étnica, cultural y territorial, rompiendo con visiones unilaterales de la historia y apostando por una memoria incluyente y reparadora. El mensaje del presidente se alinea con la visión de un Estado que reconoce sus raíces múltiples y valora los aportes de los pueblos indígenas, afrodescendientes, campesinos y mestizos en la construcción del país.
En conclusión, la intervención del presidente Gustavo Petro durante el desfile del 20 de julio marcó un momento clave en el proceso conmemorativo de los 500 años de Santa Marta, enfatizando la necesidad de cambiar la forma en que se narra la historia nacional. Al invitar a la ciudadanía y al mundo a los actos del 28 y 29 de julio, el mandatario dejó claro que esta conmemoración será también un acto de transformación simbólica, donde la cultura, el arte y la memoria jugarán un papel protagónico en la construcción de un nuevo relato colombiano.
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