El mundo del rock y del heavy metal perdió a una de sus figuras más emblemáticas con el fallecimiento de Ozzy Osbourne. La noticia se dio a conocer pocos días después de su última aparición pública en un emotivo concierto celebrado en Villa Park, Birmingham, donde compartió escenario con los miembros originales de Black Sabbath: Geezer Butler, Tony Iommi y Bill Ward. El espectáculo fue promocionado como “el mayor show de heavy metal de la historia” y significó una despedida definitiva del músico, quien ya había anunciado su retiro por problemas de salud.

En un comunicado emitido por su familia, firmado por Sharon, Jack, Kelly, Aimee y Louis, se informó que el artista murió “rodeado de amor”. La familia pidió respeto por su privacidad en estos momentos difíciles. El anuncio expresó la profunda tristeza de sus seres queridos y destacó que Ozzy estuvo acompañado por sus seres más cercanos en sus últimos momentos.

Apodado “El Príncipe de las Tinieblas” por su estilo provocador, su estética gótica y su potente conexión con el público, Osbourne interpretó cinco canciones en el que sería su último show. Durante este evento, incluso fue testigo de un momento personal importante cuando Sid Wilson le propuso matrimonio a su hija Kelly, consolidando así una velada llena de emociones.

Ozzy había dejado en claro que esa sería su última presentación debido a su estado de salud, agravado por el diagnóstico de Parkinson que él mismo reveló en 2020. El retiro marcó el cierre de una carrera extraordinaria, llena de altibajos, éxitos musicales y episodios que lo convirtieron en leyenda.

Nacido como John Michael Osbourne en 1948 en Birmingham, Inglaterra, Ozzy creció en un entorno obrero y abandonó la escuela a los 15 años. Antes de la fama, trabajó como obrero, fontanero y en un matadero. Durante su juventud tuvo problemas con la ley y pasó dos meses en prisión por robo. Su vida dio un giro cuando escuchó “She Loves You” de The Beatles, canción que lo inspiró a convertirse en músico.

Su carrera musical comenzó en 1967 junto a Geezer Butler en la banda Rare Breed. Aunque la agrupación no duró mucho, Osbourne se unió posteriormente a Tony Iommi y Bill Ward, conformando así el grupo que más tarde se conocería como Black Sabbath. Con su sonido oscuro, letras sombrías y una nueva estética sonora, la banda cambió el curso del rock y fue pionera del heavy metal. El primer álbum de Black Sabbath fue lanzado en 1970, seguido por éxitos como “Paranoid”, que catapultaron al grupo a la fama internacional.

En 1978, tras una etapa marcada por las adicciones, Osbourne fue expulsado de la banda. Poco después, se separó de su primera esposa, Thelma Mayfair, con quien tuvo dos hijos. Sin embargo, su carrera no terminó ahí. En 1980, lanzó su primer disco solista, Blizzard of Ozz, que incluía el éxito “Crazy Train”. Este álbum lo consolidó como una figura fundamental del género. Durante esta época, protagonizó episodios icónicos como el polémico momento en que mordió la cabeza de un murciélago durante un concierto, reforzando su mística.

Aunque anunció su retiro en 1992, regresó en 1996 con el festival Ozzfest, organizado por su esposa Sharon, que ayudó a impulsar a nuevas generaciones del metal. En 1999, volvió a tocar con Black Sabbath, lo que les valió un Grammy por “Iron Man”. En 2013, la banda ganó nuevamente por “God Is Dead?” del álbum 13.

En 2001, Ozzy volvió a estar en boca de todos gracias al reality The Osbournes en MTV, que mostró la vida cotidiana de su familia. La serie fue un éxito rotundo y ayudó a lanzar las carreras de sus hijos, especialmente de Kelly Osbourne.

Ozzy Osbourne deja un legado imborrable en la historia del rock. Su trayectoria estuvo marcada por la transformación constante, el arte provocador y una conexión única con millones de seguidores en todo el mundo. Su muerte cierra un capítulo glorioso del heavy metal, pero su influencia continuará viva por generaciones.

#cadenaradiallalibertad