La ciudad de Santa Marta fue escenario de una noche mágica y profundamente emotiva que quedará grabada en la memoria colectiva de quienes asistieron al Teatro Cajamag “Pepe Vives Campo”. Bajo la iniciativa cultural “Lo Mejor del Caribe en Concierto”, el recinto se engalanó para recibir a la emblemática Orquesta Pacho Galán, conocida como Los Reyes del Merecumbé, en un evento que exaltó lo mejor de la música del Caribe colombiano.
Desde el primer acorde, el ritmo inconfundible del merecumbé, esa vibrante fusión entre la cumbia y el merengue creada por Pacho Galán, invadió cada rincón del teatro. Con él, no solo llegó la música, sino también una avalancha de recuerdos y emociones. La audiencia, compuesta en su mayoría por adultos mayores, revivió momentos de juventud y celebración, mientras se dejaban llevar por la música. Parejas mayores se tomaban de las manos, siguiendo con sus pies el ritmo alegre de cada tema, mientras otros no resistían las ganas de bailar desde sus asientos. La atmósfera era de comunión, de alegría compartida y de conexión intergeneracional.
La presentación de la orquesta fue impecable, tanto en ejecución como en emoción. El repertorio incluyó los más grandes clásicos del maestro Pacho Galán, interpretados con arreglos actualizados que conservaron la esencia original. Canciones como “Ay Cosita Linda”, “Boquita Salada” y “Fiesta de Cumbia” fueron recibidas con entusiasmo, coreadas con fuerza y ovacionadas por el público que llenaba completamente el teatro. Cada tema parecía tocar fibras profundas del público, que respondió con largos aplausos, gritos de júbilo y peticiones de “otra, otra” cada vez que la orquesta insinuaba despedirse.
Más allá del espectáculo musical, el concierto fue un verdadero homenaje al legado de Pacho Galán, una figura fundamental en la historia de la música caribeña. Su creación, el merecumbé, es una expresión sonora que refleja la alegría, el mestizaje cultural y la identidad del Caribe colombiano. La Orquesta Pacho Galán, en esta presentación, no solo recordó al maestro, sino que revitalizó su obra, adaptándola a nuevos tiempos sin perder su sabor auténtico.
El evento también sirvió como un acto de resistencia cultural. En un mundo donde los géneros tradicionales muchas veces quedan relegados por modas pasajeras o estilos globalizados, este concierto fue una afirmación del valor y la vigencia de nuestros ritmos autóctonos. Fue un recordatorio de que la música tradicional sigue viva, latente en la memoria colectiva y en los corazones de quienes la bailaron, la cantaron y la heredaron.
El público vivió algo más que un concierto. Para muchos, fue una experiencia íntima, un viaje al pasado, un reencuentro con familiares y vivencias ya lejanas, pero nunca olvidadas. Los rostros lo decían todo: emoción, alegría, nostalgia y gratitud. La velada se transformó en una auténtica celebración de la identidad sonora del Caribe, de esas músicas que evocan fiestas en patios, tamboras retumbando en verbenas, celebraciones patronales, y veranos al lado de la familia.
Este tipo de eventos fortalecen el vínculo entre la comunidad y sus expresiones culturales, y resaltan la importancia de mantener vivos los legados musicales. Con este concierto, la franja “Lo Mejor del Caribe en Concierto” del Teatro Cajamag reafirmó su compromiso con la cultura, apostando por la difusión de expresiones que enaltecen las raíces caribeñas y fortalecen la memoria colectiva.
En definitiva, lo que ocurrió en el Teatro Cajamag no fue solo una presentación musical, sino una experiencia trascendental: un canto a la vida, a la historia, al amor por lo propio y a la alegría compartida que solo la música del Caribe puede ofrecer con tanta fuerza y autenticidad.
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