La crisis del Unión Magdalena parece no tener fin. El conjunto samario volvió a decepcionar a su hinchada tras caer 2-0 como local frente a Independiente Medellín, en un partido correspondiente a la tercera jornada de la Liga. La derrota, sufrida en el estadio Sierra Nevada, agrava la situación del equipo, que aún no conoce la victoria en el campeonato y se encuentra en el fondo de la tabla con apenas un punto en tres partidos disputados.

El encuentro arrancó de manera adversa para el “ciclón bananero”, que vio cómo el conjunto paisa se adelantaba en el marcador apenas en los primeros compases del juego. El gol llegó tras un remate de Francisco Fydriszewski que fue contenido parcialmente por el arquero Joaquín Mattalia, dejando un rebote que Luis “el Chino” Sandoval no desaprovechó. El tanto tempranero golpeó anímicamente al Unión, que a partir de entonces mostró un rendimiento intermitente, con algunas aproximaciones al arco rival pero sin verdadera profundidad ni contundencia.

A pesar de ello, el equipo dirigido por Alejandro Restrepo tuvo chispazos de buen juego. Antes del descanso, Fabián Cantillo estuvo cerca de igualar el marcador, pero su remate fue desviado por una atajada espectacular del arquero Éder Chaux. Esa acción fue quizás la más clara del primer tiempo para el conjunto local, que se fue al vestuario con la sensación de haber perdido una valiosa oportunidad de empatar.

En la segunda parte, el panorama pareció inclinarse a favor del Unión cuando Luis Sandoval fue expulsado, dejando al Medellín con un hombre menos. Sin embargo, ni siquiera con superioridad numérica logró el equipo samario generar una reacción contundente. Un cabezazo de Juan José Tello que se estrelló en el travesaño fue lo más cerca que estuvieron de anotar, pero la falta de efectividad volvió a marcar la diferencia.

Cuando el partido parecía encaminarse hacia un empate, el cuadro antioqueño dio el golpe definitivo. En el minuto 88, Baldomero Perlaza aprovechó la pasividad de la defensa local tras un cobro de tiro de esquina y, con un potente remate desde la media luna, sentenció el 2-0. Fue un balde de agua fría para los hinchas, que nuevamente vieron cómo su equipo dejaba escapar puntos valiosos en casa.

La derrota dejó al Unión Magdalena en una posición comprometida. Con apenas un punto sumado en tres partidos, y aún con un duelo pendiente ante Millonarios, el panorama no es alentador. El bajo rendimiento colectivo, la fragilidad defensiva y la ineficacia ofensiva han encendido las alarmas en el cuerpo técnico y la afición.

La presión sobre el entrenador y los jugadores es cada vez mayor. La falta de resultados y las reiteradas fallas tácticas comienzan a generar cuestionamientos sobre el rumbo del equipo. Aunque se han mostrado destellos de buen fútbol en algunos pasajes, estos no han sido suficientes para concretar victorias. Las urgencias crecen y el margen de error se reduce.

En este contexto, el próximo compromiso será determinante. No solo representa la posibilidad de sumar tres puntos cruciales, sino también de empezar a recuperar la confianza y el respaldo de una hinchada que ha visto cómo, una vez más, su equipo parece condenado a luchar por no descender. El Unión Magdalena debe reaccionar con urgencia si desea cambiar su destino en este torneo. La afición espera respuestas en el terreno de juego, y el tiempo comienza a jugar en contra.

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