La ciudad de Bogotá fue el escenario de la XIII edición del Festival Gabo, que concluyó este domingo tras tres días intensos de conversaciones, paneles y reflexiones en torno a los desafíos actuales del periodismo. Esta edición coincidió con una fecha muy especial: el 30 aniversario de la Fundación Gabo, creada por el Nobel colombiano Gabriel García Márquez con el propósito de fomentar un periodismo ético, riguroso e independiente en Iberoamérica.
El festival, que se ha consolidado como el principal espacio de diálogo entre periodistas, ciudadanos y expertos del continente, se enfocó este año en los múltiples retos que enfrenta el periodismo contemporáneo: desde la desinformación, el avance del autoritarismo, hasta la crisis financiera de los medios y la necesidad de regular las plataformas digitales.
Uno de los momentos más esperados fue la participación del Premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz, quien dialogó con Juanita León, fundadora del portal La Silla Vacía. La conversación giró en torno a la manera en que la falta de regulación en las grandes plataformas tecnológicas ha contribuido al incremento de la polarización social. Según Stiglitz, este vacío normativo ha permitido que empresas como Meta, Google y otras acumulen un poder informativo sin precedentes, lo que afecta directamente la calidad del debate público y debilita los sistemas democráticos.
En esa misma línea, el sábado se llevó a cabo un panel clave sobre el control que ejercen estas plataformas sobre el ecosistema de información. Participaron reconocidas voces como Anya Schiffrin, profesora de la Universidad de Columbia; la periodista brasileña Patrícia Campos Mello, del diario Folha de São Paulo; y otras líderes de opinión. Las expertas denunciaron que las plataformas digitales no solo lucran con los contenidos periodísticos sin compensar adecuadamente a los medios, sino que también se han convertido en vehículos potentes de desinformación, muchas veces sin asumir responsabilidades por ello.
Reglamentar a estos gigantes tecnológicos, sin embargo, representa un reto complejo, tanto por su poder económico como por su influencia política. Las panelistas insistieron en que es necesaria una regulación que proteja la propiedad intelectual del periodismo y fortalezca la transparencia algorítmica, sin poner en riesgo la libertad de expresión.
Otro de los puntos destacados del festival fue la presencia de periodistas de dos generaciones comprometidas con la investigación del poder en América Latina. Entre ellos figuraron Carlos Fernando Chamorro, periodista nicaragüense y miembro del Consejo Rector de la Fundación Gabo; María Isabel Torres, directora de Mongabay Latam; e Isabela Ponce, directora editorial del medio independiente ecuatoriano GK. Estos comunicadores compartieron experiencias sobre cómo ejercer el periodismo en contextos adversos, especialmente en países donde la censura, la violencia y el acoso digital son parte del día a día.
El Festival Gabo no solo funcionó como un espacio de denuncia y análisis, sino también como una celebración del periodismo de calidad. Se entregaron premios, se reconocieron trayectorias y se promovió el intercambio entre medios tradicionales y emergentes, buscando generar alianzas en un contexto donde la sostenibilidad del periodismo se ve cada vez más amenazada.
Durante sus tres días, el festival reafirmó la necesidad de un periodismo que no solo informe, sino que también defienda la democracia, fomente la educación cívica y sea capaz de adaptarse a los desafíos de la era digital sin renunciar a sus principios éticos. En este sentido, el legado de Gabriel García Márquez sigue más vigente que nunca, no solo por su obra literaria, sino por su visión sobre el periodismo como un oficio noble, riguroso y necesario para las sociedades libres.
En tiempos de incertidumbre y transformación, el Festival Gabo 2025 se erige como un faro que ilumina la importancia de contar historias veraces, construir comunidad y proteger el derecho a estar bien informados.
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