El Unión Magdalena, conocido como el Ciclón Bananero, vivió una noche de contrastes en su más reciente compromiso de la liga, disputado en condición de local frente a Alianza Petrolera. El encuentro, cargado de emociones y giros inesperados, terminó con una derrota 2-3 que deja al conjunto samario muy comprometido en la tabla de posiciones y, al mismo tiempo, fortalece las aspiraciones del cuadro visitante de ingresar al grupo de los ocho clasificados.

El partido comenzó con buen pie para Unión Magdalena. Apenas al minuto 18, Ricardo Márquez abrió el marcador tras una jugada construida por el costado derecho, donde David Murillo sirvió una asistencia precisa. Márquez definió con frialdad desde el área chica, lo que le dio a los locales la ventaja tempranera y el impulso anímico para manejar el compromiso. Sin embargo, la alegría se opacó rápidamente. Márquez tuvo que abandonar el terreno por lesión y en su lugar ingresó Misael Martínez, quien apenas unos minutos después de entrar complicó aún más la situación de su equipo al ser expulsado al minuto 40. Con un hombre menos, Unión se fue al descanso con una ventaja parcial de 1-0, pero con la incertidumbre de sostener el resultado en la segunda parte.

En el complemento, Alianza Petrolera mostró otra cara y tomó el control del juego. Apenas a los 52 minutos, Wiston Fernández igualó el marcador con un potente disparo desde fuera del área que venció al arquero local. El gol fue un golpe duro para el Unión, que intentaba reordenarse tras la expulsión. Ocho minutos más tarde, al 60’, llegó la remontada visitante: Carlos Lucumí conectó un certero cabezazo luego de un tiro de esquina, poniendo el marcador 1-2 y dejando al Ciclón contra las cuerdas.

Pese a la desventaja numérica y al golpe anímico, el Unión Magdalena no bajó los brazos. Al minuto 73, Jannenson Sarmiento devolvió la ilusión al equipo samario con un gol a quemarropa que puso el 2-2. El tanto despertó a la afición y generó esperanza de rescatar al menos un punto en casa. Sin embargo, la resistencia no fue suficiente. En el minuto 91, cuando el partido parecía sentenciado en empate, nuevamente Carlos Lucumí se vistió de héroe para Alianza Petrolera. Tras un centro preciso de Rubén Manjarrés, el delantero apareció de nuevo de cabeza y selló el 2-3 definitivo en tiempo de adición.

El gol de Lucumí dejó sin respuesta a un Unión Magdalena desgastado y con la frustración de haber luchado con un jugador menos durante gran parte del partido. Para la afición samaria, el resultado fue un duro golpe, pues el equipo sigue sin consolidar resultados positivos en condición de local, un factor clave para evitar complicaciones en la tabla.

Con este resultado, Unión Magdalena pierde puntos vitales en su lucha por mantenerse competitivo y escapa la posibilidad de mejorar en la clasificación. Por su parte, Alianza Petrolera suma una victoria crucial que lo acerca al grupo de los ocho mejores, consolidando su campaña y mostrando carácter en un partido complejo. El encuentro, lleno de goles, expulsiones y dramatismo hasta el final, reflejó la intensidad del fútbol colombiano y dejó claro que cada punto será determinante en lo que resta del torneo.

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