Por: Redacción.
Finalizada la Centésima Séptima Asamblea Plenaria del Episcopado colombiano, los obispos, en su tradicional mensaje conclusivo, se refirieron a los desafíos que afronta el país y la urgencia del compromiso colectivo en la superación de los mismos.
Perseverar en la construcción de la reconciliación y de la paz, combatir la corrupción, promover la equidad, la solidaridad y mantener viva la esperanza, es el llamado que hacen a los colombianos.
Recuerdan que la misión de la Iglesia “implica y exige una promoción integral de cada ser humano”; por tanto, al finalizar el encuentro que tuvo como eje de reflexión la dimensión social de la Evangelización, han enfatizado en la importancia de asumir la cultura del encuentro, “que nos permite abrirnos a aceptar las diferencias y desactivar los odios y las venganzas”.
Tras ratificar el rechazo al “imperio nefasto de la muerte” e insistir en defensa de la vida, invitaron a “la guerrilla del ELN a una seria reflexión sobre sus graves acciones” y pidieron a esta guerrilla “abandonen las armas, súmense al esfuerzo de tantos hermanos que han dejado el camino de violencia y se integran a la lucha por una paz verdadera”.
A las organizaciones armadas ilegales, “recogiendo la voz del pueblo colombiano (…) les pedimos que abandonen su accionar delictivo”.
Al gobierno nacional pidieron “continuar la tarea de convocar a todas las fuerzas vivas del país para definir e implementar una política integral de paz (…) Es preciso seguir buscando las condiciones necesarias para llegar a una solución política del conflicto armado”, precisaron.
Sobre la lucha contra la corrupción recordaron la oportunidad que como país tenemos en las próximas elecciones. “Ejerzamos libre y responsablemente el voto, para que venzamos los vicios de la política, que, como dice el Papa Francisco, “socavan el ideal de una democracia auténtica, son la vergüenza de la vida pública y ponen en peligro la paz social” (Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz 2019, n. 4).
Finalmente, insistieron en la necesidad de avanzar en el compromiso de servicio y solidaridad con los pobres, los marginados y los migrantes.
“Hoy, la clamorosa situación de hermanos venezolanos en nuestro país nos llama a una más generosa solidaridad. De un lado, agradecemos y valoramos los esfuerzos de muchísimas personas e instituciones para asistirlos; de otro, animamos a todos a acogerlos con bondad y a protegerlos fratenalmente”.