Por: Redacción.

Ciertamente la política es dinámica y lo que hoy es imposible mañana no lo es tanto, hay quienes afirman que en política dos más dos no son cuatro, y que hay relaciones políticas que se perciben cada vez más distantes e irreconciliables, eso es lo que hoy en día se percibe en el interior del Partido Liberal del Atlántico, en cabeza de Mauricio Gómez Amín, luego de los últimos acontecimientos, que dejan evidenciada la distancia cada vez más grande entre las directivas, la opinión y el electorado liberal.

Corroborándose lo que hemos venido presagiando, en el sentido de la poca o nula capacidad para dirigir los destinos de esta colectividad en nuestro departamento, llevando al partido a competir más por los puestos en la burocracia, que por la posiciones en la democracia, y con unos dirigentes que solo se dedican a obtener el beneficio personal, todo lo cual ha dado al traste con una larga historia de reivindicaciones populares en favor de esas mayorías sociales que ahora reclaman nuevos canales y otras formas de expresión política dentro del Partido Liberal.

La renovación de los cuadros del liberalismo es inminente y no da espera, esta es una necesidad que se ha venido contemplando por parte de un vasto sector de las bases de este partido en el Atlántico, ante una relación que se ha venido deteriorando desde meses sin que se vislumbre el mas minino ánimos de reconciliación.

Hoy traemos a colación la situación que se presenta en el departamento del Atlántico, en donde el Partido Liberal ha caído en un declive rumbo al despeñadero, porque sus nuevos dirigentes surgidos en los últimos tiempos no cuentan con el talante para asumir las riendas del otrora glorioso partido Liberal.

En el caso de nuestro departamento hay que decir que resulta notorio que habiéndose producido en los últimos tres debates gobernadores de estirpe Liberal, -bajo la batuta del senador Álvaro Ashton-, qué dirían esos grandes dirigentes del Partido Liberal en el Atlántico, como fueron Emilio Lebolo, Jaime Vargas Suárez, José Name y otros tantos que hoy están en el cielo, al observar la actual situación de su partido.

Lo que hoy en día se soslaya es un ambiente de incertidumbre, si tenemos en cuenta que las cabezas visibles del Partido Liberal tales como el senador Mauricio Gómez Amín, quien se ha dado a la tarea de subestimar a los diferentes militantes del partido que hasta ahora han propuesto sus nombres para que se corrobore la hegemonía del partido en la Gobernación del Atlántico, lo cual solo se obtendría dándole la importancia que se merecen sus nuevos líderes que han venido aflorando como fieles defensores de las ideas del liberalismo las mismas que lo convirtieron en el partido del pueblo, porque trabaja por el pueblo colombiano.

Con razón un numeroso grupo de integrantes de las bases de este partido, están contemplando la posibilidad de organizar una serie de concentraciones en la plaza pública para analizar detenidamente la actual crisis que atraviesa su partido en los actuales momentos, lo que se patentiza en el gran número de sus integrantes que han tomado la decisión de salirse de sus filas.

Estos últimos actos considerados discordantes y fuera de tono protagonizados por los actuales directivos encabezados por César Gaviria Trujillo a nivel nacional y Mauricio Gómez en el Atlántico, son los que han motivado los últimos “dardos”, lanzados por muchos integrantes del Partido Liberal, quienes consideran que este se encuentra en la peor crisis de su historia y quienes catalogan este hecho de “muy decepcionante”.

Desde cualquier ángulo que se le miren, las reiteradas equivocaciones de las élites del Partido Liberal, en el sentido de desconocer la labor de quienes han venido impulsando las ideas liberales por toda la geografía departamental, como son Óscar David Galán y Pedro Lemus, cuyos nombres fueron ignorados por los que manejan este partido y quienes le critican al senador Mauricio Gómez Amin, la posición asumida recientemente cuando se reunió a puerta cerrada en su apartamento particular, con su inmediato jefe César Gaviria, algo catalogado como un hecho eminentemente discordante, que deja muy mal parada a la dirigencia del Partido Liberal en el Atlántico.

Este grupo de liberales que se declaró “indignado”, ha sostenido encuentros con el expresidente Ernesto Samper, Viviane Morales y Santos Cristo.

No se puede negar que el Partido Liberal, en la historia de Colombia, ha jugado un papel trascendental en las grandes transformaciones de la sociedad y la modernización del Estado, su ideología ha mantenido su carácter social, buscando siempre favorecer los sectores más vulnerables.

No obstante, a pesar de presentar un ideario definido desde sus orígenes, por culpa de quienes lo dirigen, ha tenido que afrontar los problemas que aquejan a todos los partidos como es el clientelismo, compra de votos, mercantilismo electoral, avales indiscriminados, desideolegización y otros, fallas que se han convertido en el origen de fuertes críticas frente al desarrollo de sus funciones como institución representante de los intereses de los ciudadanos y como actor fundamental de la democracia.

De otra parte, hay que anotar la débil comunicación de los directivos con sus militantes y simpatizantes, para propiciar un análisis de las decisiones que se toman en el interior del Partido, lo cual ha mermado ostensiblemente la importancia de este ejercicio vital para una institución, como el liberalismo, que en sus épocas de esplendor se caracterizó por ser el partido del pueblo, por el pueblo y para el pueblo.

Si los actuales directivos del Partido Liberal no dan la talla, deberían renunciar para evitar su total extinción.