Por: Valeria Tuiran
Según un estudio, aproximadamente 269 millones de personas alrededor del mundo han tenido una experiencia con sustancias alucinógenas; estas pueden presentarse en las diferentes esferas de la vida, aunque es necesario tener en cuenta que existen factores con gran relevancia que pueden impactar negativamente aumentando sus posibilidades de uso.
Cómo sociedad, hemos sido testigos de las distintas situaciones precarias que tienen que enfrentar jóvenes y adultos que por circunstancias personales o decisiones equivocadas, terminan adentrándose a un mundo en el que al final muy pocos logran encontrar una salida.
Pero si bien es cierto, con disposición y voluntad siempre existirá la posibilidad de hallar una segunda oportunidad en medio de la oscuridad, esto fue precisamente lo que ocurrió en la vida de Farid López Gómez, quien después de haber pasado más de 20 años atrapado en un mundo sin esperanzas, hoy en día es un gran ejemplo de superación.
En diálogo con Diario LA LIBERTAD, Farid nos cuenta que su primera experiencia con las drogas la tuvo a sus 8 años de edad en la ciudad de Pereira, lugar donde nació, desde ese momento su vida se vio sumergida entre la marihuana, pepas, el bazuco, y otras sustancias que lo llevaron a realizar diferentes actos ilegales con el fin de tener recursos para mantener su adicción.
“Desde niño estuve rodeado de sufrimiento, crecí lleno de muchos vacíos y con momentos que marcaron mi vida, hay cosas que aún me cuesta soltar y que prefiero no recordar; me atrevo a decir que nunca encontré un apoyo que me ayudara a hacer mis cargas más livianas, me enfrenté solo al mundo, y aunque hay actitudes que quizá no tienen justificación, siento que todas estas situaciones me empujaron a tomar este camino”, dijo.
Correccionales, programas de rehabilitación, charlas y la calle, fueron los lugares donde pasó mayor parte de su adolescencia, espacios en los que su salud mental y física se vieron en un deterioro constante al estar expuesto ante tantas malas decisiones.
“Yo llegué a encontrarme en una situación de calle extrema y comer de la basura; en ese tiempo hice muchísimas cosas de las cuales no me siento orgulloso, robaba, vendía estupefacientes sin ningún cargo de conciencia, me escapaba de las correccionales y no tenía en cuenta ningún tipo de ayuda que me brindaban”, agregó López.
A los 17 años, tomó la decisión de comenzar una nueva vida en Barranquilla con el deseo de aspirar a un mejor futuro, a su llegada en la ciudad trabajó durante un tiempo en un negocio familiar para ganarse el sustento diario y poco a poco conseguir un cambio personal; esto no sería una tarea sencilla, pero la motivación con la que tiempo después se enfrentaría, sería de gran ayuda para superar cada una de sus adicciones.
“Aquí en Barranquilla tuve la oportunidad de conocer a una persona que me hizo caer en cuenta que debía hacer todo lo posible por mejorar mi conducta, encontré apoyo, tranquilidad, vi esa luz al final del túnel de la cual me había privado y que pensé que no existía; desde ahí mi vida tomó un rumbo diferente, yo ya era consciente de que había permanecido en un camino equivocado, así que sin dudarlo nuevamente empecé a buscar ayuda profesional”, aseguró.
Además de lo ya antes mencionado, contar y dar detalles de cada uno de los momentos que tuvo que pasar también le hicieron entender el error en el que había vivido durante tanto tiempo, identificando los problemas y conociendo cuáles eran los factores que lo llevaban al consumo.
A pesar de enfrentar sucesos difíciles llenos de ansiedad y constantes recaídas, su voluntad y sus ganas de ser un hombre de bien lo han mantenido por más de 8 años limpio de cualquier sustancia alucinógena, demostrando que siempre será posible iniciar ‘desde cero.
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