Por: Valeria Tuiran

El decidir cambiar o mejorar algún aspecto de nuestras vidas es una decisión personal en la que sólo los seres capaces de dejar atrás las malas experiencias se atreven a tomar, llenos de esperanza y el deseo de renacer del caos con el propósito de aferrarse a una nueva oportunidad que les permita comenzar desde cero.

Un claro ejemplo de superación y admiración es Jorge León Guerrero, quien en exclusiva con Diario LA LIBERTAD contó detalles sobre su historia; una que sin lugar a dudas se vio afectada por las drogas y que hoy, después de pasar 37 años en constantes angustias, comparte con gran satisfacción y con el único objetivo de generar un impacto positivo en nuestra sociedad.

La vida de León Guerrero se vio truncada cuando apenas terminaba su bachillerato, tiempo en el que tuvo su primera experiencia con algunas sustancias alucinógenas a causa de la influencia de uno de sus compañeros de clases, sin imaginar que este sería el comienzo de catastróficos momentos que marcarían un antes y un después en su vida, llevándolo a perder poco a poco cada una de las comodidades y aspectos significativos que hacían parte de su día a día, incluyendo a su núcleo familiar.

“Mi adicción inició con la marihuana, luego fui consumiendo otras sustancias que con el pasar del tiempo me fueron creando dependencia física por ellas, impidiéndome cumplir cada uno de mis proyectos y que sin medir la gravedad de la situación cambiaron drásticamente el rumbo de mi vida. Cuando caí en este oscuro mundo me encontraba viviendo con mi hermana, su esposo e hija, y a raíz de mis malas decisiones mi familia me pidió abandonar el hogar, quedándome con absolutamente nada”, afirmó.

A partir de esto, su principal prioridad eran las drogas y el poder saciar las incontrolables ganas de consumir que producen los efectos de estas sustancias, dejando en segundo plano su bienestar personal y llevándolo al punto de cometer distintos actos ilegales que le permitieran generar dinero para nuevamente adquirir los diferentes alucinógenos que poco a poco se habían apoderado de su voluntad.

“Esta situación me absorbió tanto, que el dinero que pagaba en la pieza donde vivía decidí mejor presupuestarlo para ese vicio, a partir de ese momento estuve deambulando en las calles de la ciudad. Lo más triste de estar en el mundo de las drogas es ver que pasa el tiempo y nos mantenemos en el mismo sitio, darse cuenta que uno no tiene donde lavarse la cara, donde asearse y dejar de sentir la fraternidad de quienes nos aman. Mientras me encontraba recorriendo las calles soñaba con tener una cama, un espacio donde descansar, un plato de comida y por supuesto, sentir que mi vida tenía esperanzas. Fueron precisamente en esos duros momento donde más le pedí a Dios que tuviera misericordia de mí y me permitiera tener una segunda oportunidad”, expresó León.

Sin fuerza para continuar, la mañana del pasado 23 de marzo del 2015 sucedió lo que él recuerda como “algo maravilloso”, ese día recibió por parte de la doctora Luisa Mora García, coordinadora del programa Hogar de Paso de la Alcaldía de Barranquilla, la propuesta de ser parte de esta iniciativa que sin duda le permitiría comenzar desde cero y mejorar aquellos aspectos de su historia que se habían visto nublados por su problema de adicción.

“Cuando llegué al hogar de paso vi la oportunidad de rescatar todos mis valores, mi integridad física, mis condiciones intelectuales, gracias a este programa pasé de ser parte del problema, a ser parte de la solución. Hoy soy un hombre nuevo”, agregó.

La educación es la herramienta para luchar contra la estigmatización social

Además de lo ya antes mencionado, este no es su único propósito en este lugar, pues este hombre de grandes aspiraciones desde su llegada ha logrado grandes avances en su vida, tanto así que actualmente se desempeña como profesor de inglés y tiene como responsabilidad guiar a cada uno de sus compañeros cuando de bilingüismo se trata, talento que se había visto reprimido durante un tiempo y que demuestran en gran manera todas sus capacidades.

“A mí desde niño me apasionó el inglés, cuando estudiaba en primaria este idioma llamó mucho mi atención y siempre trataba de aprender algo sobre él; por eso el poder compartir hoy mis conocimientos con las demás personas es algo que no tiene precio; yo también desarrollo otra labor simultánea, y es que hay compañeros que no están aptos para recibir clases de inglés porque nunca fueron a un colegio, por tal motivo no saben leer y escribir, así que a ellos también les enseño esta estrategia pedagógica para que de esta manera entiendan que con esto pueden acceder a oportunidades laborales y, a iniciar procesos culturales y académicos más avanzados, que sepan que con dedicación todo es posible”.

A sus 63 años de edad, la mirada de Jorge solo refleja agradecimiento y nobleza, lo querido que es por este nuevo entorno en el que lo ha puesto la vida demuestra que cada uno de sus actos son valorados y merecedores de admiración, pues aunque en su trayectoria de vida pasó por momentos difíciles, conserva la esencia de su corazón, el cual se caracteriza por ser aguerrido, perseverante y sobre todo, humanitario.

“La gratitud es la memoria del corazón, y gratitud es precisamente lo que yo tengo con Dios y con este lugar; poder contribuir en el crecimiento personal e intelectual de todos mis compañeros me causa una enorme satisfacción, además que también aprovecho y sigo proyectando mis conocimientos. Diariamente trabajo en mí para poder llegar a ser más idóneo en esta labor que desarrollo y por la que soy inmensamente feliz”, concluyó Jorge León.

(Comillón grande)

“My thanks to the city. You can change your life if you want it, start your change right now because tomorrow may be too late/ Mi agradecimiento a la ciudadanía. Tú puedes cambiar tu vida si tú lo quieres, comienza tu cambio ahora mismo porque mañana puede ser muy tarde”- Jorge León Guerrero.

#cadenaradiallalibertad