El café, una bebida que tradicionalmente ha sido parte esencial de las rutinas matutinas alrededor del mundo, está adquiriendo un nuevo significado en el ámbito de la salud femenina. Un estudio de largo aliento, liderado por la doctora Sara Mahdavi, especialista en nutrición personalizada y asociada a la Universidad de Harvard, reveló que el consumo habitual de café con cafeína podría tener un impacto positivo en el bienestar físico y mental de las mujeres a lo largo del proceso de envejecimiento.

Esta investigación fue presentada recientemente en el congreso Nutrition 2025, uno de los eventos académicos más importantes en el campo de la nutrición. Lo que hace especialmente relevante este estudio es su duración y profundidad: se trató de un seguimiento de casi 30 años, durante los cuales se evaluó el estado de salud de aproximadamente 50.000 mujeres. El objetivo fue observar cómo el consumo diario de café influía en su envejecimiento, en comparación con otros hábitos y estilos de vida.

Los resultados fueron reveladores. Según los datos obtenidos, aquellas mujeres que consumían regularmente tres tazas pequeñas de café con cafeína al día mostraban una mejor calidad de vida en la tercera edad. Estas mujeres presentaban mayores niveles de energía, mejor claridad mental y una capacidad física más conservada en comparación con quienes no lo hacían. Es decir, envejecían con más salud.

Un aspecto destacado por el equipo investigador fue la correlación positiva entre el consumo moderado de café y el bienestar general. De hecho, se encontró que por cada taza adicional de café consumida al día, había hasta un 5% más de probabilidades de mantener un envejecimiento saludable. Sin embargo, es importante señalar que estos beneficios se limitaron al café con cafeína. Ni el té ni el café descafeinado mostraron resultados similares, lo que sugiere que la cafeína sería el componente activo que influye en estos efectos.

Pese a los hallazgos, los expertos, incluyendo la doctora Mahdavi, fueron claros en subrayar que estos beneficios son modestos en comparación con otros factores más determinantes, como una alimentación balanceada, la actividad física regular, el descanso adecuado y la eliminación de hábitos perjudiciales como el tabaco. En ese sentido, el café no debe verse como una solución mágica, sino como un complemento dentro de un estilo de vida saludable.

También se hizo hincapié en que la moderación es esencial. Si bien para la mayoría de las personas es seguro consumir hasta dos tazas diarias, algunas pueden tolerar un poco más sin efectos adversos. No obstante, el exceso de cafeína puede causar insomnio, nerviosismo o problemas gastrointestinales en ciertas personas, por lo que siempre se recomienda estar atento a las señales del cuerpo y consultar a un profesional de la salud si hay dudas.

En resumen, este estudio ofrece una mirada alentadora sobre el papel del café en el bienestar femenino, especialmente durante el envejecimiento. Más allá de su aroma y sabor reconfortante, el café se perfila como una bebida que, cuando se consume de manera responsable y dentro de una rutina de vida saludable, puede aportar beneficios que van más allá del placer sensorial. Cada sorbo de café, en particular para las mujeres, podría representar un pequeño pero significativo gesto de autocuidado hacia una vejez más vital, activa y saludable.

La investigación liderada por Mahdavi refuerza la idea de que las decisiones cotidianas, incluso las aparentemente pequeñas como el consumo de café, pueden tener implicaciones relevantes para la salud a largo plazo. Así, el café se consolida no solo como una tradición cultural, sino como una herramienta potencial en la promoción del bienestar femenino en todas las etapas de la vida.

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