El actor Tyrese Gibson, reconocido internacionalmente por su participación en la saga cinematográfica Rápidos y furiosos, enfrenta una delicada situación legal en Estados Unidos tras emitirse una orden de arresto en su contra. El motivo es la presunta responsabilidad en un ataque fatal protagonizado por sus perros de raza Cane Corso, quienes habrían matado a un canino de un vecino en Atlanta, Georgia.
El hecho ocurrió el 18 de septiembre, cuando los cuatro perros del artista lograron escapar de su propiedad y atacaron a Henry, un King Charles Cavalier Spaniel de cinco años, mascota de Harrison Parker. Según el reporte policial, el pequeño perro fue hallado muerto en el jardín con múltiples heridas de mordidas, fracturas de costillas y hemorragia interna. Parker, conmovido por la pérdida, describió a Henry como un animal “maravilloso, cariñoso y bien entrenado”, acostumbrado a moverse dentro de los límites de una cerca invisible en la vivienda.
El ataque no fue un hecho aislado. Esa misma noche, otra vecina llamó a la policía porque los perros de Gibson bloqueaban la salida de su automóvil. Cámaras de seguridad confirmaron que entre las 10:01 y las 10:04 p.m. los animales corrían libremente por patios vecinos antes de llegar a la casa de Parker, donde ocurrió la tragedia.
Cuando los oficiales acudieron a la residencia del actor, Gibson no se encontraba presente. En su lugar, un amigo fue advertido por no controlar a los animales. La policía detalló que ya existían múltiples reportes previos sobre los Cane Corso sueltos, incluyendo dos incidentes en abril y varios en septiembre, lo que evidenciaba un problema recurrente en el vecindario.
Cuatro días después, agentes solicitaron formalmente al actor que entregara a sus perros. Gibson pidió un tiempo para decidir, pero fue advertido de que, de no hacerlo, se procedería a un registro para confiscar a los animales. Posteriormente, en una conversación telefónica, admitió que creía que sus perros eran responsables de la muerte de Henry y reconoció que el problema no era nuevo. Sin embargo, cuando la policía regresó con la orden de registro, ni Gibson ni los animales estaban en la propiedad. El encargado de la vivienda informó que los perros habían sido reubicados y que el actor estaba fuera del país.
En medio de la controversia, Gibson publicó en Instagram que se encontraba en un período de recuperación de salud mental y que permanecería ausente hasta noviembre. Esta declaración generó indignación en el dueño de Henry, quien expresó que el actor debería “tomarse un mes de salud mental en la cárcel, no en su casa”, criticando lo que consideró un acto de arrogancia.
Por su parte, el abogado del actor, Gabe Banks, declaró que su cliente lamentaba profundamente la pérdida sufrida por Parker y que había tomado la decisión de reubicar a sus perros en un entorno seguro. Aseguró además que Gibson estaba cooperando con las autoridades y pidió respeto a la privacidad mientras se resolvía el caso.
No obstante, la policía del condado de Fulton confirmó que el actor no se ha entregado, por lo que la orden de arresto sigue vigente. Pese a ello, Gibson publicó recientemente un video en Instagram donde mostró a sus perros jugando y afirmó que se encontraba en Los Ángeles junto a su familia, sin aclarar su situación legal.
Este caso no solo expone las posibles consecuencias legales para el actor, sino que también reabre el debate sobre la responsabilidad de los dueños de mascotas potencialmente peligrosas y la importancia del control y cuidado responsable de los animales en áreas residenciales.
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