Por: Redacción.
Actualmente la enfermedad del HLB (acrónimo de Huanglongbing o dragón amarillo), que afecta a los cultivos de cítricos, se ha convertido en una enorme preocupación y dolor de cabeza para el sector agrícola y en especial para los productores de naranja, mandarina, limón y pomelo en el Atlántico y el resto de país.
Resulta ser tan letal que hablar del HLB es como referirse a la fiebre aftosa o a la rabia bovina para las vacas, la PC de la palma, el mal de Panamá del banano o a la roya del café. Hasta el momento, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) no se ha identificado la causa de esta diseminación del mal. Por su alta capacidad y velocidad de migración. Por consiguiente, la FAO tiene catalogado al HLB como una plaga transfronteriza. Y por ello, la preocupación entre agricultores y comunidad científica crece, ya que el insecto que transmite el mal llamado Diaphorina se ha detectado en varios departamentos del país.
Esto es una situación que se le sale de las manos al Gobierno. Desde el 2014, donde tuvo comienzo en Distracción, Guajira, se puedo haber solventado con una inversión de $7.000 mil millones. Pero en su defecto, la mesa técnica aprobó el 28 de enero del presente año $142.000 mil millones para todo el país y no es suficiente. El Gobierno solo piensa en la par-te técnica. Entonces, ¿quién se apersona de la parte social y ambiental que es el eje más frágil de todo?
Si el ICA hubiese cumplido las obligaciones que tiene de restablecer y de poder ser controlador fitosanitario no se hubiese presentado esta problemática en el 2014. “Fallaron porque fueron permisibles, dejados; además no tuvieron el conocimiento ni la capacidad para saber de qué tamaño era el problema”, dijo el presidente de la Asamblea de citricultores Ramiro Manjarrez.
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Sin duda esos campesinos que aprendieron hace dos generaciones a cultivar el limón atendiendo a sus necesidades de cuidado, riego, sostenimiento y lo hicieron tan parte de su vida que entregaron su vida al campo, pues hoy en día les dicen a todos ellos que la mejor opción que existe es erradicar la planta. No obstante, sin presentarles a ninguna de esas personas un informe que se base en algún plan de contingencia el cual pueda solventar el desempleo y la manera de buscar el sustento para su hogar.
El presidente de la Asamblea de citricultores del Atlántico, Ramiro Manjarrez, es una voz líder que también genera un proceso en el Cesar, Guajira, Magdalena para poder constituir un bloque de necesidades que puedan ser presentado como una solución en el plan de choque a la citricultura y al problema de HLB en la Costa Caribe. “La idea es juntar los esfuerzos y poder definir cuáles son las líneas gruesas que se deben ejecutar es precisamente el papel que se quiere cumplir”. Del mismo modo acotó: “sería muy mezquino pensar solo en el Atlántico, ya que en la costa Caribe existe el 10% de la citricultura con el 95% que se encuentra desolada y sin fuerza. Sin embargo es probable que se pueda contagiar el resto del país donde se produce al rededor de 500 mil empleos. Estamos peleando para sostener esos 50 mil empleos que sobreviven de la citricultura en el Caribe, y que en este momento se encuentra sin ningún tipo de atención por parte del Estado”,ratificó el Presidente de la Asamblea de citricultores Citriatlántico que tuvo encuentro en su II Asamblea departamental.
El evento se realizó el sábado 9 de marzo en el centro de Desarrollo Integral -CDI- de Santo Tomás a partir de las 9:00 de la mañana hasta las 3:00 p.m., donde estuvieron presentes más de 350 citricultores procedentes de 20 municipios del departamento, entidades públicas como el Dr. Anatolio Santos de la Gobernación del Atlántico, el alcalde de Santo Tomás,Luis Escorcia; Rafael Fontalvo, Gerente Regional del ICA Atlántico; Anais Hernández, representante de Agrosavia; Ema Acosta de la Universidad Libre y la Directora del Diario La Libertad, Luz Marina Esper; también estuvieron presentes empresarios, transformadores, comercializadores y entidades de apoyo.
Emprendedoras trabajando por las necesidades del Atlántico.
En dicha Asamblea fue elegido por votación unánime el Presidente y vocero de ella Ramiro Manjarréz Charris. Seguidamente sus 10 delegados municipales entre ellos: Boanerge Polo, Abraham Pertuz, Edilberto Enrique Silvera, David Cervantes, Dorismel Reales, Juan García, Cástulo Acendra entre otros. Con el motivo de ser partícipes de una entidad gremial cuyo objeto es el fomento, la investigación, capacitación, desarrollo, comercialización, agroindustrialización, protección, defensa y ayuda mutua de la actividad citrícola y de las personas dedicadas a ella, así como el mejoramiento social y económico de las zonas de producción en el Atlántico. Y luego se concluyó con la aprobación de 12 capítulos establecidos por la Asociación de Citricultores, dirigidos a buscar compromiso y soluciones ante la población.
En el Atlántico se habían destinado tres técnicos para manejar el monitoreo de la enfermedad Diaphorina cítrica y actualmente los suspendieron por una revisión dentro del ICA, pero mientras esta sigue pasando el tiempo y nadie dice nada; cada vez es más infecciosa e invasiva y sigue sin ser controlada.
Para seguir trabajando por las necesidades de campesinos, agricultores y productores se logró conformar una Junta Directiva para la Asociación de Citricultores del Atlántico que depende de los cítricos. La voz líder de estos citricultores del departamento manifestó. “Ha sido un avance muy significativo en lo que respecta a la movilización social, fortalecimiento de la asociatividad rural y la incidencia en política pública dentro de la cadena citrícola del departamento y la región Caribe. Pero también, para asumir los retos que plantea la búsqueda de alternativas de solución a diversas problemáticas, dentro de las cuales se viene abordando la propagación de la enfermedad del HLB y su vector”, expresó Manjarrez.
En otras palabras, el Ingeniero Agrónomo, Julio Sierra, integrante de la Asociación de Ingenieros Agrónomos del Atlántico (Asiadela), afirmó que es una enfermedad que proviene de la China desde hace 100 años y después emigró a otros países. Hace 8 años entró a Colombia, desde ese entonces el ICA tenía conocimiento de una bacteria que ataca a la planta y no tiene cura hasta ahora. La Diaphorina Cítrica es una plaga muy contagiosa, su control se hace atacando el insecto, es decir, controlando el insecto se mantiene controlada la enfermedad cuyo vector se conoce como Chicharrita.
“Estas plantas o cultivos se regulan por medio de biológicos o químicos; el problema que persiste hoy en día es que no se tomaron las medidas anteriormente y hoy se sufren las consecuencias y lo más afectados son las personas que trabajan en un campo llevando los mejores productores que representan a Colombia. Uno de los objetivos es colocar una contención en el Atlántico para que no siga avanzando al resto de la región es la mejor manera poder ayudar a esta causa” expresó Sierra.
Sintomas de una planta enferma
Según los expertos, la enfermedad que hoy tiene en alerta al sector agrícola del país, se reconoce por los siguientes signos: Reducción del tamaño y peso de los frutos, hojas con manchas amarillas por falta de nutrientes, árbol o planta debilitada, frutos malformados y con poco jugo, caída de frutos maduros.
Expectativas
Este mismo espacio sirvió de escenario para avanzar en la propuesta de conformación del “Comité Citricola del departamento del Atlántico”, como organismo corportivo que lidere procesos de transformación, innovación y competitividad productiva en beneficio de los productores rurales de la región, de conformidad con el marco institucional y normativo que regula la Cadena agroalimentaria de los cítricos y su industria en Colombia (Ley 811 de 2003, Decreto 3800 de 2006 y Resolución 186 de 2008). Lo que sigue son acciones que permitan articular las acciones de los entes públicos, privados y comunitarios que permitan lograr mayor productividad y competitividad de la citricultura en esta región del país.
Reconocimiento a mujeres citricultoras
Por último, el Comité Departamental de Citricultura tomó la decisión con otras organizaciones sociales de darle unos reconocimiento a las mujeres que han estado acompañando a los campesinos por más de 20 años en el proceso Agrícola. 30 mujeres recibieron un reconocimiento como emprendedoras, campesinas y herreras. Por su parte, la Directora de la Red de Mujeres del Atlántico, Ema Doris López, contribuyó a la causa y dijo: “estas mujeres con sus memorias, sus canas han demostrado el trabajo permanente de respeto y amor por la tierra;en ese sentido como reclamación de la tierra que hoy les quieren quitar como lo es el cítrico que se encuentra en crisis”.