Por: Redacción.

Los daños en la Ciénaga Grande persisten, los mangles que son de gran importancia para las especies que habitan en el ecosistema se están muriendo, mientras las autoridades ambiénteles y responsables de su cuidado y restauración siguen de oídos sordos.
El mal diseño de los box culverts en la vía Ciénaga-Barranquilla, que fueron construidos para garantizar el intercambio de agua entre el mar Caribe y la Ciénaga Grande de Santa Marta, es una de las causas del continuo deterioro del frágil ecosistema de este complejo lagunar.
En la vía hay 217 box culverts que se hicieron con el fin de permitir el flujo de agua dulce y salada entre el Mar y la ciénaga, pero según un informe técnico realizado por el Grupo de Litigio Estratégico e Interés Público de la Universidad del Norte solo seis de estos canales de drenaje funcionan en perfectas condiciones, otros seis a medias, mientras que los 205 restantes están taponados.
Prueba de ello son las condiciones deplorables en la que se encuentra el ecosistema al borde de la vía, intensificándose el deterioro en los kilómetros 19 y 28, en los que actualmente se observan los mangles secos o muertos a causa de que no reciben agua que debería ingresar por los box culverts.

Box culvert insuficientes
Ante esto el biólogo Gustavo Majarrés Pinzón, director ambiental de la Corporación Natural SIG, manifestó  que “cuando hicieron los box culvert quedaron un poco más arriba para el paso de las aguas, y evidentemente en aguas bajas como estamos ahora desde Diciembre por el fenómeno de El Niño, están bastante deterioradas las fuentes de recursos hídricos del departamento del Magdalena, por lo que no hay flujo de agua y al no haber intercambio de agua en esas zonas aledañas el Manglar se desoja, se le cae todo y queda como muerto.”
Esta versión de que los box culvert quedaron mal diseñados evitando el intercambio de agua fue confirmada por la Subdirectora Operativa de Corpamag, Karen Forero, “la mayoría de estos box culvert se encuentran demasiado altos, hay muchos que debieron tener una cota más baja para poder facilitar el intercambio, sobre todo ahora que los niveles del río Magdalena ha disminuido tanto, por lo tanto el nivel de los caños también ha disminuido, quedando cada vez más altas estas estructuras ante las condiciones de la ciénaga, si se deberían adecuar algunas.”
¿Quién responde?
Según información suministrada por la Corpoación Autónoma Regional del Magdalena, Corpamag, los box culvert fueron realizados en los años 50 junto con la vía, posteriormente en la década de los 90 la corporación dentro del proyecto ‘Pro Ciénaga’ adecuó algunos de ellos para permitir un mayor intercambio de agua entre la ciénaga y el mar.
“El mantenimiento de los box culvert, de la estructura física como tal es responsabilidad del concesionario de la vía, fueron construidos con la vía y cualquier adecuación que haya que hacerle lo debe hacer el concesionario, es responsabilidad de la vía.”, afirmó Forero.
Actualmente la concesión de la vía la tiene el Concesionario Ruta del Sol II, quien según lo manifestado por Corpamag debe ser la responsable del mantenimiento de estas obras de intercambio hídrico, como también el concesionario tiene una interventoría llamada Consorcio Afa – Sma, quien tiene como función verificar el cumplimiento de las obligaciones del contratista, con el propósito de que el objeto se desarrolle dentro de los términos de calidad, oportunidad y economía.
Tanto el concesionario como el consorcio están bajo la supervisión de la Gerencia de Proyectos de la Gobernación del Magdalena, y partiendo de lo anterior mencionado y de cómo se encuentra la Ciénaga Grande en la actualidad el trabajo no se ha realizado adecuadamente.
Vía Parque Isla de Salamanca también tiene competencia en la vía Ciénaga- Barranquilla y sobre el estado del ecosistema en ese sector; en total van cinco entidades mencionadas que les corresponde la vigilancia, cuidado y restauración del complejo lagunar y entre si se están lanzando la pelotica y las responsabilidades, mientras la ciénaga sigue muriendo.
El daño ocasionado por la carretera en una época en la que no eran obligatorias las licencias ambientales, es visto hoy como un terrible crimen ecológico, pero, ¿qué están haciendo las autoridades ambientales que operan en el Magdalena para revertir los daños en la actualidad?